1 de agosto de 2017

(Agosto 2017)
 ¿Qué rumbo llevas?

¿Hacia dónde vas?

¿Ya estás por llegar?

¿Cuántas veces no has escuchado preguntas como esas? Sí, de tus padres, jefes o compañeros de oficina, amigos o por parte de misma pareja.

¿A dónde vas? ¿Cuáles son tus objetivos? ¿Ya los cumpliste? ¿Cuántos de faltan? ¿Te consideras exitoso? ¿Cuándo vas a empezar a tomarte las cosas en serio? ¿Tú crees que te voy a estar esperando siempre?, y las preguntas son interminables.

Tómate un tiempo para responder lo siguiente.

¿Estás cansado de no tener respuestas ante este tipo de preguntas? ¿Las tendrías que responder?
Y ¿si ni siquiera tienes respuestas porque no te has planteado las preguntas? Pero los demás insisten….

La verdad es que esto de los objetivos, metas, métricas de medición y avance, tan usuales en los medios laborales y pláticas motivacionales de hoy en día, no tendrían por qué abrumarte en tu vida personal.

En una etapa de transformación planetaria y personal como la que estamos viviendo, tu prioridad tendría que ser tu propio proceso de cambio, sin mayor parámetro que la superación constante de tus miedos, el perdón permanente de tus errores, el incremento gradual de la brillantez de tu luz, el aumento considerable de tu capacidad de perdonar, la multiplicación de tu risa y la suma de nuevas proyectos y creaciones que te hacen sentir vivo, o en su caso, que te han devuelto las ganas de vivir.

Sí, por cursi que parezca, en el momento en que tus prioridades se ajusten a tu nueva manera de ver la vida, para entender los acontecimientos y definir tus prioridades, tu perspectiva cambia.

Es obvio que la necesidad de generar un ingreso por medio de un trabajo de oficina o un negocio personal, es parte importante de la ecuación. Y sí, esto incluye seguir relacionándote con personas que no te agradan, jefes soberbios que no aguantas, compañeros de oficina que no toleras, reuniones de trabajo que te desgastan, salir a comer los fines de semana con familiares que no soportas, y demás actividades “cotidianas”.

Sin embargo, tu actitud tiene que ser distinta.

Para ti, la perspectiva de las cosas no tiene que ser la misma. Ya no tienes que interrelacionarte bajo la presión de esa antigua idea de que el sacrificio, el trabajo duro, el desvelo, el esfuerzo descomunal son requisitos indispensables para obtener lo que se desea y quedar bien con los demás…….a costa de tu salud, de tus hijos, de un posible divorcio, de no tener tiempo para ti, de mentiras, traiciones, y demás consecuencias comunes en la vida social y laboral de las personas.

Estamos rebasando la mitad del año y para muchos es tiempo de hacer una evaluación de los primeros 6 meses. Y es cuando de nueva cuenta llegan las preguntas con las que iniciamos esta columna. Y lo peor de todo, las dolorosas respuestas.

“Mmmm, no voy tan mal”, “podría estar peor”, “bueno, mejor que el año pasado, sí…creo”, “algo retrasado, pero en el segundo semestre me recupero”.

La meta es lo de menos: dinero, inversiones, proyectos, ascensos, plan de carrera.

¿La meta es lo de menos?

No tanto si lo ajustamos a: salud, emociones, paz, sensatez, tolerancia, amistades, proyectos de vida, pasiones.

Y si nos empezamos a comparar con el vecino de al lado, o con el compañero de la oficina de enfrente, o la que duele más: la mamá comparándote con tu hermana o tus primos. ¡N’hombre! Ahí te duele más.

No.

Ya no.

Olvídate de andarte comparando con los demás, ya sea en sus metas, aspiraciones o métricas de evaluación. Cada uno es completamente distinto, con propósitos de vida diferentes. Ya no participes en ese juego porque además de lastimarte, vas  a lastimar a otros y nadie resulta ganador.

Si te vas a evaluar, que sea contigo mismo. Con tus comportamientos y actitudes del ayer, y tu realidad de hoy en día. Con tus desplantes de hace un año vs. la madurez que muestras ahora. Tus inseguridades y miedos del 2016 vs. la firmeza y las convicciones del 2017. La intolerancia del pasado vs. la flexibilidad y apertura que debería caracterizarte en estos momentos.

Si tuvieras que evaluar algo, ojalá sea bajo esos parámetros.

Una nueva actitud: la tuya como humano que se transforma. Un nuevo competidor, tú con tu nueva faceta.

Y el resultado de esa evaluación no es para presentarla en ninguna junta de resultados mensual en tu empresa o ante la inquisición de la familia o los reclamos de la pareja. No. Simple y sencillamente servirá como referencia personal para marcar etapas ya superadas en tu camino de transformación.

No es para que nadie te valide o te califique.

Se trata de que tu tengas parámetros que te sirvan de referencia y aprecies el lugar en el que te encuentras hoy, con respecto al ayer, y que bien puedas corroborar tus avances cuando veas el espejo y tengas un mejor semblante, un cuerpo ya no tan frágil, una mente más abierta y un corazón menos susceptible al chantaje emocional.

Si ese es el tipo de evaluación semestral, entonces sí, organízate una sesión de revisión frente a una rica merienda, un buen vinito, y de fondo, tu música favorita.

¡A celebrar!

Con respeto,
Roberto Mendoza C.

*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”

NUEVA ENERGÍA * Enfócate *



En su mensaje “Eligiendo la Esperanza en Tiempos Obscuros”, Selacia nos invita a recordar nuestra naturaleza divina y a que no perdamos nunca el enfoque en aquello que deseamos crear. 

Las energías planetarias en estos momentos nos están empujando a redefinirnos así como a saber lo que es convertirse en un agente del cambio. El viejo mundo al que estábamos acostumbrados está muriendo y está siendo restructurado. El nuevo mundo en el que queremos vivir está en construcción. Hay bastante progreso hacia una sociedad más iluminada y muchos cambios positivos están empezando a darse.

Para estar seguros, continuamos viviendo en tiempo oscuros. Más sin embargo, la luz está ahí. Nuestro reto y sobre todo nuestra habilidad para ir hacia adelante nos permite ser testigos de ambos extremos. Los observamos sin temor y sin agenda, lo que nos ayuda a prevalecer. Pero para los cambios que queremos no podemos fingir amnesia y aislarnos en nuestras casas y comunidades.

Es necesario involucrarse de manera consciente y más elevada. Y ¿qué quiero decir con elevada? Me refiero a la participación activa en el panorama general y no tanto en lo mundano. El panorama general incluya el ciclo de la evolución de la humanidad así como nuestras propias vidas pasadas, que sirvieron de preparación para estar aquí en estos momentos.

Lo mundano tiene que ver con la obsesión por las noticias y quién está haciendo qué; así como las respuestas basadas en el miedo, como la ira, por ejemplo. Está bien de pronto indignarse y hacerlo saber, pero lo que no debemos hacer es quedarnos estancados en ese sentimiento.

Lo que se requiere es una respuesta constructiva. Como agentes transformadores divinos, sabemos la diferencia entre simplemente gritar exasperados y tomar acción para apoyar cosas sobre las cosas que nos apasionan. Cuando lo hacemos de se modo, lo sentimos en nuestro corazón; nos sentimos ben. Enfocarte y apoyar cosas en las que crees, te llenará de energía. Actuar desde la ira te agotará.

Para cumplir con el propósito de tu alma en esta vida debes estar completamente comprometido con ella y perfeccionar tu sabiduría interna de manera que tengas un vínculo irrompible con el espíritu. Conforme lo hagas, tu guía interior te mostrará cuales son los siguientes pasos.  Muchos de ellos se abrirán como ventanas de oportunidad para actuar en el momento adecuado. Pequeños pasos pueden llevarte a dar grandes saltos.

Tu sabiduría interna te ayudará a dirigirte hacia la luz, la verdad y a mirar la realidad de la situación. Te ayudará a evitar pensamiento fantasioso –como el creer que todo estará bien al final, sin importar lo que hayas hecho. Te ayudará a enfocarte en la esperanza, una energía que permite maravillosos progresos que llegan desde los niveles cuánticos de lo desconocido. Tener esperanza es reconocer los potenciales que existen y alimentar su creación con tu conciencia, enfoque y acciones.

Conforme hagas esto te conviertes en la esperanza para el mundo. Te conviertes en un trabajador milagroso que deja semillas de cambio positivo para las siguientes generaciones. 


*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”.
Gracias a el Consejo de los 12 y Selacia por sus enseñanzas
Selacia.com
(Agosto 2017)


Al humano le gusta, qué digo le gusta, le encanta lo facilito, pero sólo para ciertas situaciones. Eso es algo en lo que habría que detenerse a pensar.

Por ejemplo: cuando algo sale mal, la culpa siempre la tiene el jefe, la pareja, los hijos, quien nos ayuda en casa, la abuelita, el amigo, la maestra, el proveedor, el clima, el transporte público…. Y podemos seguir enumerando otras de las 23 mil razones que solemos encontrar para poder echarle la culpa a alguien o a algo, porque nosotros jamás seremos responsables de que aquello no saliera como se esperaba.

Siempre es algo externo lo que influye para que “nada me salga bien”. Ah! Porque además, el hacernos las víctimas nos sale maravillosamente bien. Nos encanta tirarnos al piso para que nos levanten y nos digan: “Pobrecito de ti. Tanto que te esfuerzas” (o algo por el estilo).

Seguimos sin querer darnos cuenta o sin aceptar que somos nosotros, y sólo nosotros, los que vamos creando nuestra realidad día con día, decisión tras decisión. Por ello el futuro es algo que vamos construyendo en nuestro presente, con ayuda de nuestras experiencias pasadas, de manera que el mismo sea maravilloso, tal y como nosotros lo vayamos creando.

Debemos recordar que cada decisión que se toma conlleva un resultado. Es la Ley de Causa y Efecto. Todo lo que hacemos pone en movimiento una causa y ésta tiene una consecuencia, misma que dependerá de la causa puesta en movimiento. No existe el azar, ni la buena o la mala suerte, sólo los resultados. Y no los etiquetemos como ‘positivos’ o ‘negativos’; ese nombre se le podrá dar de acuerdo a la percepción de cada persona.

Lo que para unos es un día horrible porque está nublado y lloviendo, para otros se trata de un día hermoso, porque ese clima ayuda a los pastizales para los animales, a la siembra y a la cosecha, porque el olor a tierra mojada les tranquiliza. En fin, la percepción juega un papel muy importante en cómo se ve el mundo. Como se vive y disfruta de este maravilloso regalo que es la vida.

Pero regresemos al tema inicial de este mensaje que es al humano le gusta lo fácil… pero no siempre.

Es muy fácil sonreír a la persona que está junto a ti en el transporte, en la oficina, cuando vas caminando a tu casa, cuando vas paseando con la mascota, cuando estás jugando con tus hijos en el parque (¡confío que aún tengas esa bonita costumbre!) y sin embargo, no lo haces. Al contrario, te muestras serio y hasta se puede sentir tu malestar al pasar junto a alguna persona.

Es muy fácil levantarte a la hora que suena tu despertador e iniciar tu día estirándote como gato panza arriba en la cama, mirando que ya amaneció, que un nuevo día de aventuras empieza, que tienes un futuro frente a tus ojos. Pero no…. otros 5 minutos… que se hacen 20 (¡ó 30!), te levantas de malas, maldices y si así iniciaste el día ¿cómo esperas que siga?

Es muy fácil que si sabes que tienes una fecha límite para entregar ese proyecto, ese trabajo, esa tarea, ese pago, te tomes el tiempo para llevarlo a cabo en calma. Con la planeación y anticipación debida para que incluso antes de que llegue la fecha límite ya esté concluido pero creemos que es mucho más emocionante hacer las cosas al cuarto para la hora, cuando ya ni siquiera te fijas si hay errores, faltas de ortografía o falta dinero para cubrir el pago completo. Tenías tiempo que malgastaste….. En vez de hacerlo relajado, buscas tensionarte.

En ese tipo de cuestiones es cuando al humano no le gusta lo fácil. Hace todo para complicarse la vida, se queja, se trauma, se enoja, se auto-flagela. Es que hacerlo por la vía fácil es tan rápido, sencillo, agradable y hasta motivador que prefiere usar el camino largo, el sinuoso, el complicado, el que en lugar de sumar, le restará energía y luz a su vida. Elementos con los que contamos para disfrutar, para compartir, y más eso, para regalar y no para malgastar.   

¿Te sonaron algunos de los ejemplos? ¿TODOS?  ¿Por qué no te das oportunidad de hacer las cosas de manera diferente a como las has venido haciendo hasta ahora y constatas que al hacerlo aumentan tus posibilidades de obtener resultados diferentes?.

Te invito a que lo intentes. No se trata de que me creas sólo porque te lo estoy comentando. Se trata de que lo vivas, y sobre todo, de que lo disfrutes.

La vida está ahí, esperando a que decidas…. Esperando tus acciones. Y tú estás listo ¿verdad?

Te agradezco que hayas visitado este espacio y te mando un saludo Desde Aquí...

Silvia Limón