1 de marzo de 2018



(Marzo 2018)

Nos acercamos al cambio de estación. Particularmente en el hemisferio norte, a la primavera. En la naturaleza, el cambio de estación es una oportunidad de transformación y renovación.

En el caso de los humanos, también debería ser una etapa de renovación. Si no de manera radical como lo hace la naturaleza, la opción de cambio en el humano debería tomarse de manera seria.

Todo se transforma hay periodos cíclicos para acelerarlo. Si es algo natural y obligado en la naturaleza, debería serlo también para el humano. Sin embargo, nosotros nos resistimos, incluso nos aferramos.

Uno de esos periodos es precisamente, la primavera.

Alguna vez escuchaba una idea que me pareció interesante. El invierno es una estación donde la creación hace un alto momentáneo. Es una etapa de introspección y en la naturaleza lo vemos con lo que le sucede a los árboles, las plantas y los animales. Son unos meses de hacer un alto para "soñar” las próximas creaciones y estar listas para manifestarlas en la siguiente estación en donde todo florece.

Una bonita metáfora que tiene su lado interesante.

Llegó el momento de crear, o de permitir la manifestación de nuestras creaciones. ¿Cuáles? Todas las que sean apropiadas.

Y ustedes se preguntarán: “¿cuáles son las apropiadas?, ya que frecuentemente no nos salen las cosas que deseamos o planeamos”.

Las manifestaciones apropiadas pudieran ser aquellas que necesitan presentarse por el nivel de conciencia o vibración que tenemos, en un momento determinado, bajo las condiciones actuales. No puede hacerse presente algo que no esté dentro de ese esquema.

Además, contempla la idea ancestral de que “la vida probablemente no te de todo aquello que quieres, pero seguramente te otorgará todo aquello que necesitas”.

Es decir, lo que estaríamos dejando llegar a nuestras vidas es aquello que necesitamos hoy, aquí y ahora. No más, pero tampoco menos.

Si no tenemos lo que queremos o no hemos permitido su manifestación por estar lamentando el pasado o estamos ansiosos por el futuro, colocamos un obstáculo a la creación para permitir el paso a lo que necesitamos.

Y aquí es cuando hay que reconocer la necesidad de cambiar. Modificar actitudes, pensamientos, costumbres o creencias.

Y aquí es cuando hay que dejar de aferrarnos a lo antiguo, al pasado, que precisamente nos tiene en el lugar donde estamos.

El cambio de estación es propicio para nuestra transformación. Mostremos tantita disposición, y el cambio se verá más fácil.

Comienza con algo sencillo, pequeño, a tu alcance. Una manera de pensar, una costumbre arraigada que ya no te sirve. Un vicio pasajero. Un capricho.

Inténtalo….hazlo. Ten la voluntad, genera cierta acción.

Un aspecto a la vez, pero sé persistente. No olvides que todo cambio es un proceso. Ni las estaciones en la naturaleza cambian dela noche a la mañana.

Tómate tu tiempo, pero aprovecha este cambio natural que llega con una nueva estación. La estación donde todo vuelve a florecer.

No lo retrases, no lo postergues. Hazlo, que tu cuerpo, mente y todo a tu alrededor se dé cuenta de que en verdad quieres cambiar. Verás cómo se convierten en tus aliados.

¡Florece!

Estás entrando a la estación adecuada para hacerlo.

Con respeto,
Roberto Mendoza C. 


*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”

NUEVA ENERGIA * Mi Pelea Con Dios *



En su mensaje “¿A Dios le Interesa?”, Jennifer Hoffman nos comparte su experiencia de frustración contra dios y cómo se dio cuenta que la única creadora de su realidad era, ni más ni menos, que ella misma y no una fuerza externa. 

Hace poco recordé una época en mi vida en que no tenía empleo, ni dinero, dormía en un colchón que estaba en el piso del departamento de una buena amiga y me preguntaba cómo es que había yo llegado a esa situación.

Tenía una buena educación, experiencia, era una mujer adulta, profesional… ¿qué había pasado con mi vida?  Todas las noches le reclamara a dios, llorando de miedo y frustración. Le decía que él había convertido mi vida en un desastre y que lo único que quería era irme a casa. Y despertaba al día siguiente, miraba a mi alrededor y decía “Caray! Sigo aquí!”.  Esto lo hice de manera diaria, por seis meses, porque creía que la única forma de resolver mis problemas era morir durante la noche, de manera pacífica, serena y sin dolor.

Aunque estaba muy enojada con mi situación, estaba aún más molesta con dios, quien no respondía mis preguntas en el momento que yo lo necesitaba. Había sido una buena persona, ¿no merecía acaso algo de alivio?  ¿Por qué había silencio total en estos momentos de extrema necesidad?. Y obtuve mi respuesta en un sueño, en el cual yo estaba en la oficina de dios y me quejaba amargamente de mi situación; a lo que él respondió colocándome en el “cuarto de espera”, hasta que yo pudiera entender quién tenía el poder real en mi vida. Fue un sueño tan terrible y tan real que desperté llorando, segura de que dios me había abandonado por completo.

Así que, ¿qué sucede en nuestra vida cuando de pronto todo está de cabeza y no alcanzamos a comprender qué ocurre? ¿A dios le interesa? Y ¿cómo lo sabemos si no recibimos ni ayuda ni apoyo? Esa es una pregunta que no podemos ni debemos preguntar. Es imposible para nosotros estar separados de nuestra conexión divina, pero eso no hará que las cosas “nos caigan del cielo”. Para lograr la soberanía energética existen dos cosas: la fé y la acción.

La fé es el filtro a través del cual la energía universal se transforma. Nuestras creencias se reflejan en nuestra realidad. Si no tenemos dinero, ni hogar y vivimos al borde del abismo, no es un trabajo para dios sino que nuestras creencias son las que entran en acción. Si estamos listos para gozar de una vida más feliz y más plena necesitamos nuevas creencias satisfactorias que filtrarán la energía de manera más benéfica y productiva.

Podemos sentirnos fortalecidos si nos convertimos en Sanadores Mártires, quejándonos diariamente sobre lo mal que están las cosas, lo que hace que dicha energía continúe en la misma dirección. A veces tenemos tanto miedo de crear una realidad llena de alegría, amor y paz que preferimos estar en guerra con nosotros mismos y permanecer en estado de culpa y de vergüenza. Y además, culpamos a todos por nuestra situación. Es como cocinar un platillo extraordinario y no sentarnos a comerlo. No podemos esperar que nada ni nadie nos alimente. Debemos estar dispuestos a alimentarnos, tomar el tenedor y empezar a comer.

Hay que eliminar esa parte que sufre y examinar nuestro corazón. Y es una decisión difícil cuando el fortalecimiento de alguien tiene que ver con su sufrimiento.

Llámalo como gustes: conquista, liberación o sanación para tu miedo. Se trata de tu decisión de moverte de ser una víctima a ser un ganador, de estar triste, miedoso y enojado a darte la oportunidad de ser feliz, libre y a estar en paz. El resultado de esa decisión es sentirte libre de miedo y vivir una vida plena. 


*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende.*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”.
Gracias Uriel y Jennifer Hoffman por sus enseñanzas.
www.urielheals.com

(Marzo 2018)


Los objetos celestes siempre han sido un tema de mucho interés para el humano. De hecho, siempre ha mostrado cierta fascinación por ellos. Algunos objetos celestes tienen un impacto directo en la naturaleza, la evolución de la vida y de las culturas. Precisamente por eso, siempre se les ha vinculado con fuerzas creadoras que rigen los elementos en el planeta.

El comportamiento del Sol siempre ha sido materia de estudio y sus rayos han sido utilizados como medida de tiempo y como plano para diseñar calles y orientar templos.

Los equinoccios son los momentos en el año en los que el sol se sitúa exactamente en el plano del Ecuador. Así, el día y la noche duran exactamente lo mismo. Y eso nos da un sentimiento extraño…. sobre todo en el hemisferio al norte de Ecuador, que es donde habito, no estamos acostumbrados a ello. Este fenómeno ocurre dos veces al año, uno en marzo y el otro en septiembre. Pero el equinoccio de primavera es el que tiene mayor simbolismo, ya que refiere a un equilibrio entre luz y sombra. Anuncia un cambio de estación, un comienzo, es mucho más que una fecha en el calendario. Ya se acerca el Equinoccio de Primavera… será el próximo martes 20 de marzo por la tarde. 

Y miren que desde tiempo ancestral que se celebra el Equinoccio en muchas cultuas. Se tiene registro que en Mesopotamia ya se realizaban observaciones y teorías acerca de la precisión de los equinoccios. 

En la cultura inca esta alineación del sol significaba un favor para fecundar la tierra y procurar bienestar para sus habitantes. Para esto los sacerdotes, líderes del ejército y el emperador brindaban por el sol junto al pueblo.  Para los celtas estas fechas eran referentes a fiestas en honor al sol y el principio masculino.  Se dice que se encendían grandes antorchas en las colinas, que según la tradición, entre más resistía el fuego, más agradecida sería la tierra y así el campo.

En la antigua Grecia en estas fechas eran venerados Dionisio, dios de la fertilidad y el vino, y Apolo. A ambos se le rendía culto con desfiles y festivales. Para los griegos, los equinoccios y solsticios eran puertas que permitían a los hombres tener los privilegios de los dioses. 

Dentro de algunas culturas germánicas se le rendía culto a Ostara o Eostre, diosa de la primavera. Esta celebración dio paso a lo que hoy se conoce como pascua (Easter, en inglés). Estos días representan la primera siembra del año, el renacimiento interior y la fertilidad. Este despertar de la naturaleza fue simbolizado con un huevo que al regalarlos es ofrecer una año pleno.

Y si revisamos la historia en Mesoamérica, Teotihuacán es considerado como uno de los centros ceremoniales más grandes del México antiguo. Este lugar guarda una estrecha relación con la adoración al sol, tanto así que una majestuosa pirámide le rinde culto. Son aún comunes las peregrinaciones, rituales y danzas para recibir la energía de los rayos del sol en esta fechas. 

Chichén Itzá, en el sureste mexicano, es uno de los sitios más conocidos a nivel mundial para celebrar el equinoccio por el gran conocimiento astronómico y matemático que rodea a la cultura maya. Dentro de esta ciudad sagrada se encuentra el castillo de Kukulcán, en donde cada 21 de marzo se puede apreciar el descenso de Kukulcán, la deidad más importante para los mayas, representado con un juego de sombras que se forman conforme transcurre la tarde. 

Así que preparémonos para un Equinoccio en nuestra vida, un comienzo para algo que tengamos en mente. Renazcamos en conjunto con las tan fuertes y bellas energías que acompañan siempre este acontecimiento.

Te mando la mejor de las vibras por un Excelente Equinoccio y bienvenida al cambio de estación, al cambio en tu vida, al cambio en tu percepción y actitud.

Te agradezco que hayas visitado este espacio y te mando un saludo Desde Aquí
Silvia Limón