Saint-Germain –a través de
Alexandra Mahlimay- es muy claro al abordar el tema de la soberanía
espiritual.¿Cómo se consigue?
Cuando eliges vivir una vida con el propósito del alma, estás eligiendo una vida soberana. Pero la soberanía que experimentarás no tiene nada que ver con tu situación política o económica. Estamos hablando de una soberanía espiritual.
¿Qué eres superior a los demás? ¿Qué tienes una conciencia más evolucionada? ¿Qué tienes más poder y autoridad? ¿Qué Dios tiene preferencia por tus elecciones, pero no por las de los demás? No, por supuesto que no significa nada de eso.
Tener soberanía espiritual significa tan solo una cosa: que te liberas de la ilusión de ser algo que en realidad no eres.
Cuando eres soberano espiritualmente hablando, recuerdas que también eres Dios, y no sólo el producto de las personalidades falsas de tu ego. Sabes que Dios es y está en tu interior, y tan cerca de ti como lo está tu corazón. Y por esa razón no permites que te engañen.
Reconoces que la razón por la cual estás en la Tierra es para encarnar la vida de tu Alma, para darle voz y expresión creativa a ese enfoque único de conciencia de que tú estás dentro de la Mente de Dios.
Cuando aceptes esta nueva forma de vivir, aprenderás a expresar muchos aspectos de la soberanía de tu Alma. Algunos de ellos son: la majestuosidad, la autonomía, la autoría, el poder y la libertad.
Majestuosidad: El Nuevo Yo, tendrá una comunicación más profunda con tu majestuosidad, entendida como la grandeza de las experiencias de tu Alma. Sentirás que vives de manera majestuosa y estarás consciente de quién eres. No habrá dudas en tu mente acerca del amor y bienestar que te corresponde como derecho de nacimiento.
Autonomía: Cuando eres espiritualmente autónomo, no eres independiente de Dios, pero eres un SER soberano. Eso significa que Dios, participando como tu ser interior, te ha dado la capacidad de vivir tu vida bajo tu propia voluntad. Ya que Dios es la mayor autoridad en tu vida, no permitirás que nadie te controle, y eso te libera para que vivas de la manera en que tú elijas. De esta forma, Dios fortalece tus elecciones para que vivas completamente lo que en verdad eres. Tu alma lo sabe y lo disfruta.
Autoría: tu nuevo Yo se dará cuenda de que es el responsable de su propia vida. Dios te ha concedido la autoridad para que puedas crear tus experiencias de vida de acuerdo a los pensamientos y creencias que están en tu mente. Dios te respalda, amoldando el Universo a tu alrededor para proveerte con las experiencias que has solicitado.
Debido a que te mantienes consciente del potencial de tus pensamientos, estás atento de la verdad. No dejas que las dudas sobre lo que eres, se apoderen de tu mente. En cambio, eliges vivir tu verdad. Sabes que al vivirla tendrás la mayor oportunidad de sentir la alegría y la totalidad de tu ser.
Poder: No hablamos del poder convencional. El nuevo Yo no está interesado en ejercer la fuerza sobre los demás. Este poder no tiene que ver con el dominar o manipular a los demás. El verdadero poder significa ser capaz de crear. Así de simple.
A eso viniste al mundo, para ser creativo. Sabrás que si no usas tus talentos te aburrirás y terminarás estancado.
Libertad: La soberanía te concede la libertad de vivir tu vida en este preciso instante. Tú y tu alma están teniendo una experiencia maravillosa. El nuevo Yo está consciente de ello. Podrás vivir situaciones que pudieran haberte sacudido en el pasado, pero ahora las vivirás tranquilamente y sin sobresaltos.
LA UNIDAD HACE QUE LA SOBERANÍA FUNCIONE.
Tu soberanía no te separa de los demás. Sería imposible. Todas las personas comparten la vida de Dios contigo, y todas son libres para elegir la vida que quieren llevar.
Tienes libertad de elección, pero interdependiente con la vida. Cuando lo comprendes, reconocerás que tu soberanía funciona bajo la aceptación de la unidad con Dios. De esta manera dejarás de generar problemas.
¿Cómo es que tanta gente con decisiones soberanas se pone de acuerdo? ¿Pudiera haber armonía entre ellos?
Lo importante que debes recordar es que solamente existe una vida: la de Dios, en la que todos son igualmente amados. En el momento que debes tomar una decisión que involucre a otros, recuerda conectarte con esta conciencia de unidad. Pide que todos los deseos de las personas estén alineados con el amor de Dios todo el tiempo, de igual manera que invocas el mejor de los resultados posibles para cada persona involucrada. Y no tienes que saber cuál es el mejor resultado para ellos, simplemente confía en que así sucederá.
Al dejar en claro tus deseos y dejar que suceda lo mejor para todos, cumplirás el único mandato que el Creador te pidió: “Ámense los unos a los otros como tú te amas”.
Recuérdalo siempre y tendrás la llave para conseguir tu soberanía espiritual.
Yo SOY Saint-Germain.
Gracias a Saint Germain y a Alexandra Mahlimay y Dan Bennack por sus enseñanzas.
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