(Junio 2020)
Frecuentemente nos esperamos a que las condiciones
sean las óptimas para poder actuar o emprender algo.
Estamos acostumbrados a pensar a que cuando las
condiciones nos favorezcan, entonces, damos el primer paso. Esto significa,
probablemente, tener el dinero suficiente para emprender algo, conocer a las
personas adecuadas que nos ayudarán, tener la experiencia necesaria para que no
fallemos, y demás.
Estamos hablando de que el humano necesita certidumbre
para poder actuar. O en su caso, tener la mayor parte de aspectos cubiertos
para sentir que tiene el control de lo que hará, y teóricamente, de los
resultados o las consecuencias esperadas.
Sin embargo, al día de hoy y por lo menos en los
siguientes meses. La incertidumbre será el factor permanente en la vida diaria
en el planeta.
¿Qué es lo que sigue? ¿Cómo se presentará? ¿Cuánto
tiempo durará? ¿Nos conviene? ¿Qué tanto nos afectarán los cambios? ¿Cuáles
cambios? Y un sinnúmero de preguntas que “bombardean” la mente.
Pero si nos esperamos a que las condiciones que vienen
sean las ideales para poder actuar, es probable que nos quedemos esperando por
mucho tiempo.
Lo único seguro es que no hay nada seguro. Y esto, no
necesariamente tiene que ser algo negativo.
Las condiciones cambiaron y eso nos obliga a cambiar.
A unos más, a otros menos, dependiendo qué tanto tuviste la iniciativa de
transformante anteriormente, cuando no tenías la obligación o la presión de
hacerlo. Ahora, el cambio no es por gusto, sino por adaptación, necesidad o
descubrimiento.
En momentos de incertidumbre como los que están
llegando, la mayoría se paraliza. Tú no.
La mayoría se espera para ver cómo reaccionan los
demás. Tú no.
La mayoría sufre por desconocer qué es lo que va a
pasar y se preocupa. Tú no.
Tú entiendes que momentos como estos son tu campo
fértil para actuar. Para tomar la iniciativa. Y, ¿por qué no? Para marcar el
estándar de una nueva forma de ser y de actuar.
¿Habrá quien te siga? No importa. Ese no es tu
objetivo. Tu propósito es simplemente ser tú mismo, hacer lo que debes, y
hacerlo bien. Si los demás se dan cuenta de lo que haces, les sirve de
referencia y los anima, ¡qué bien! Y si no, bueno, pues eso es responsabilidad
de ellos.
Tú, mientras tanto, dedícate a vivir. A vivir sin
miedo.
Ante un escenario de incertidumbre, crea tus propios
caminos porque la mayoría van a estar limitados y uno que otro, cerrado. Sí,
crea nuevas formas de hacer las cosas. Aquellas que valga la pena conservar,
continúalas. Habrá otras que deberán modificarse y mejorarse.
Y a pesar de que, como es costumbre, una masa crítica
estará angustiada, sufriendo, esperando ver las noticias para seguir sufriendo
más por lo que ve, que por lo que en realidad sucede, tú propón, genera, toma
la iniciativa y emprende tu marcha.
Eres un explorador. Entonces, descubre.
Eres un innovador, entonces inventa.
Eres un libre pensador, entonces dirige.
Al principio de tu marcha, lo más probable es que
camines solo. Seamos honestos. A nadie le gusta seguir a una persona que no
sabe a dónde va. Pero al hacer camino, no te sorprendas que al voltear veas a
varios que siguen tus pasos…aunque no te vean.
Y todo porque hoy tomaste la iniciativa de no
paralizarte, de seguir avanzando y continuar creando un camino que el día de
mañana otros seguirán.
¡Qué bendición! Estamos ante lo desconocido.
Y por lo tanto, “Bienvenido el futuro, aunque no tenga
la menor idea de a dónde me lleva.”
Con cariño y respeto.
Su amigo,
Roberto Mendoza C.
*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”