8 de octubre de 2018

El Tema del mes de octubre es "Hacer un inventario"

El propósito es que veas el estado real de tu vida para que puedas tomar decisiones.

Es importante que no te juzgues por aquello que pudiste haber hecho diferente o incluso, que pudiste no haber hecho...

¿Quieres saber más sobre las coordenadas energéticas de este mes? 

Te invitamos a que escuches el episodio más reciente de:  " NUEVA REV ", dando click en esta liga.

¡Saludos!

3 de octubre de 2018



(Octubre 2018)

Termina el verano y le damos la bienvenida al otoño en el hemisferio norte del planeta. El cambio también se presenta en el sur, solo que ellos entran a la primavera.

Cambio al fin.

Frecuentemente escuchamos que durante una etapa de transición como ésta, se presentan condiciones óptimas para transformarse uno mismo, tal y como lo hace el planeta con cada estación del año.

Aunque no lo acostumbremos dentro de nuestro ajetreado ritmo de vida cotidiano, sí es muy importante que nos demos un tiempo para reflexionar sobre una serie de aspectos que nos pueden ayudar a realizar cambios necesarios que podrían redireccionar el rumbo para transitar por un camino más favorable.

Hablamos de cambios profundos que le den un nuevo sentido a esa vida rutinaria que a veces nos fastidia. Transformaciones serias que nos ayuden a manifestar aquello que frecuentemente solicitamos, ya sea como petición, oración, pensamiento o buen deseo.

Durante esos momentos de tranquilidad que te sugerimos tomes en estos días, bien podrías considerar los siguientes elementos para ayudarte a cambiar con la ayuda de las energías de esta nueva estación.

Primero, dedica unos momentos para ti, para reflexionar sin sesgos. Date ese momento para tranquilizarte y ver las cosas con una nueva perspectiva. Sí, primero que nada, momentos de paz para poder ver con claridad.

Después, con esa claridad podrás darte cuenta si realmente estás transitando por los caminos que deseas. Sin prejuicios, nadie te estará presionando o evaluando. Sólo tú sabes si estás haciendo lo que te gusta, si estás en un lugar que te agrada. Ya sea en un trabajo, en una relación personal o profesional. Sé honesto. Puedes engañar a los demás, pero no a ti mismo. Si lo haces, sufres.

¿Qué sigue? Que la introspección que hagas no sea superficial, sino que vayas hasta donde tu integridad te dirija. Sí, profundiza. No temas. Se trata de que las energías del otoño te ayuden a descubrir lo que has mantenido oculto durante tantos años. Aquellos traumas o dolorosos recuerdos que están ocultos por la cantidad de mentiras o negaciones que has utilizados para encubrirlos.

Y ahí siguen, no se irán hasta que tú mismo los destapes, los confrontes y los liberes. Sí, probablemente todos esos son los obstáculos que no reconoces, se te han olvidado, y te impiden avanzar, o hacerlo a la velocidad que deseas.

Considéralo.

Finalmente, sé tolerante con las emociones que resulten de este proceso. ¿Te imaginas lo que podrías ver y sentir cuando te des cuenta de todo lo que has escondido por 5, 10 o 15 años de tu vida, o más? ¿De los daños que les has causado a otras personas? ¿De lo que te han hecho a ti?

A ese tipo de reacciones emocionales me refiero.

Sé cauteloso, acéptalo. No te lo guardes y por supuesto, no generes ningún tipo de resentimiento. Se trata de perdonar, limpiar y olvidar. Recuerda que es tu momento para realizar un cambio profundo. Hablamos de una dirección completamente diferente.

De ahí el tamaño del reto. Sí de la hazaña.

El comienzo de una gran transformación. La tuya.

No de cambios superficiales, maquillados: más de los mismo, pero distinto. No. Hablamos de transformaciones profundas que realmente impacten tu vida.

¿Realmente lo deseas? ¿No puedes esperar un minuto más? ¿Es el momento propicio para hacerlo?

Comienza.

No olvides que toda gran transformación comienza con el primer paso.

Dalo.  

Con cariño y respeto.
Su amigo,
Roberto Mendoza C.


*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”



(Octubre 2018)

Estoy convencida que la paciencia en una de las mayores virtudes que tenemos como seres humanos. Es de pronto difícil que tener, pero no imposible de alcanzar. Si somos pacientes, muchas cosas buenas suceden. Siempre. Recuerden la última vez que tuvieron paciencia con una situación o una persona, ¿verdad que se resolvió de manera positiva?. Esa es la recompensa de la paciencia.

La paciencia nos hace tolerar, comprender, padecer y soportar los contratiempos y las adversidades con fortaleza y por ende sin quejas; esto es posible porque uno aprende a actuar acorde a cada circunstancia, y va moderando tanto sus palabras como su conducta ante la adversidad.

La paciencia es un rasgo de carácter que nos permite pasar por situaciones que no son idóneas, o que pueden llegar a convertirse en caóticas sin que nos derrumbemos. Nos permite educar a nuestros hijos sin necesidad de gritarles y aceptar a los compañeros de trabajo sin que nos desesperemos, entre muchas otras cosas.

Ahora bien, si nos vemos el origen de la palabra Paciencia, viene de la raíz latina pati que significa sufrir. De hecho, el participio patiens se tradujo al español como paciente (en los hospitales) o “el que sufre. Así que, la palabra misma nos remite a que la paciencia implica sufrimiento. Por supuesto que  ese llamado sufrimiento se acepta con dignidad esperando una recompensa mayor que vendrá, ya sea con el simple paso del tiempo, con la perseverancia, o actuando de manera correcta en el momento adecuado.

Vemos que nos dice el diccionario. Paciencia aparece con 2 acepciones:

1.     Capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni rebelarse.
2.       Calma o tranquilidad para esperar.

Para el nuevo humano de la Nueva Tierra, esa parte de sufrir es imposible de aceptar. No estamos aquí para ello, sino para vivir y disfrutar de manera absoluta cada instante, cada vivencia, cada adversidad y hasta el dolor. Y parte bien importante es agradecerlo. Todo llega por algo, todo tiene una enseñanza y aunque no lo recordemos ahora, todas y cada una de las cosas difíciles que vivimos las programamos nosotros mismos antes de tomar este cuerpo humano.

Es muy importante que consideremos que paciencia no significa a que esperemos hasta que cambie la situación o hasta que alguien más haga lo que tiene que hacer. Eso es muy fácil y parte de la naturaleza humana de la vieja energía: el culpar a alguien más de todo lo negativo que sucede.

Si no nos detenemos a considerar las posibilidades reales de éxito, tiempo y esfuerzo que se requieren para alcanzar un determinado fin, ese será el obstáculo principal para que desarrollemos el valor de la paciencia y caeremos en la dañina, no tolerante y frustrante impaciencia.  Por ello es que en ciertos momentos debemos moderar la cantidad de compromisos que adquirimos, ya que así podemos evitar la cargar de cosas que posiblemente no podríamos cumplir. Debemos recordar que nos encontramos en la era del ser, más que en la de hacer.

Y finalmente, no debemos confundir la indiferencia o la insensibilidad con la paciencia. Esto ocurre, por ejemplo, cuando nos encontramos con personas que a nuestro criterio son molestas, pero las escuchamos aparentando tener una actitud paciente pero en realidad lo que buscamos es salir de la situación lo más rápido posible; obviamente tratando de que no se den cuenta, para no herir sus sentimientos. Hay que realizar el ejercicio de la paciencia, no aparentarlo.

La paciencia requiere fortaleza, y con quien primero debemos ejercerla es con nosotros mismos. Te invito a que recuerdes ¿cuándo fue la última vez que fuiste impaciente contigo mismo? ¿Cuándo fue la útima vez que tuviste la paciencia necesaria para darte cuenta de que aquello que te propusiste lo lograrías?

¿Estás teniendo la paciencia necesaria para aceptar la serie de cambios que se están dando en tu vida actualmente?

Te agradezco que hayas visitado este espacio y te mando un saludo Desde Aquí...
Silvia Limón