2 de enero de 2020


(Enero 2020)

Cada vez que inicia un año, es común que algunos autores, maestros, o canalizadores le den un nombre que lo caracteriza. Sí, algún denominativo o calificativo. El “dos mil y tal,” año de la “iluminación.” El “dos mil y tal,” el año “de la ascensión.”

Y algo curioso. Diferentes autores le dan distintos nombres al mismo año. Y me pregunto por qué algunos autores –de tantos que hay- no coinciden con el nombre que le quieren dar al año.

Unos comentan que “leyendo las energías del año, este 2020 es ...” Otros comentan que el 2020 será el año de los(as) ...” En fin, ustedes entienden mi idea.

De ahí que, desde hace tiempo, en lo particular me he olvidado de hacerle caso a todos los nombres con los que se bautiza el año entrante. Para mí, ni siquiera es el año nuevo. Simplemente es hoy; el día de hoy, aquí, ahora, en este preciso instante. Con todo por crear, celebrar, disfrutar y vivir. No hay mañana. Todos los días son hoy. La oportunidad de construir una mejor realidad está en lo que hagamos hoy.

Recordemos esa vieja y popular frase que dice: “El ayer es dinero gastado. El mañana es un cheque al portador. El día de hoy es el único efectivo que tienes. Gástalo sabiamente.”

Y miren, piénselo bien. Dice una gran verdad.

Las expectativas no son malas, pero depender de ellas sí los es. Estar esperanzado a que “mi suegro me consiga una buena chamba…” O, mi cuate me dijo que “ahora que lo nombren director me va a dar el departamento de…” Eso es depender de factores que no puedes controlar.

¿Te acuerdas cuántas veces no te has dicho o has oído que “el siguiente año tiene que ser mejor”?

Y claro que puede ser mejor, pero si te enfocas en lo que puedes controlar en el aquí y en el ahora.

No desperdicies tiempo. Inviértelo. Trabaja, sube y baja, ve, habla, pide, estudia, pero siempre con la idea de producir algo: dinero, conocimiento, diversión, descanso; lo que sea, pero enfocado a ser productivo. De verdad que el tiempo se nos va en tonterías, berrinches, trivialidades, esperanzas en terceras personas y promesas.

Sé disciplinado, constante, alegre y dedicado. Que todo lo que hagas tenga un sentido y de ser posible, ayuda a los demás cada vez que puedas. No es tan difícil como suena. Sobre todo, cuando pensamos que a nosotros también nos gustaría que alguien más nos ayude.

Te deseo que este 2020 –independientemente del nombre que tus autores favoritos le den- sea un año productivo. Sí, un año en el que todos los días tengas salud, alegría y dinamismo. Y con ello produzcas la felicidad y riqueza que te sirva a ti y a otros para crecer y seguir adelante construyendo un mejor “presente.”

Con cariño y respeto.
Su amigo,
Roberto Mendoza C.


*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”