1 de junio de 2010

NUEVA ENERGIA * La Vanidad Espiritual *

En una de las sesiones de trabajo de Alexandra Mahlimay, Saint-Germain respondía una pregunta de uno de los asistentes. El resultado fue una certera charla sobre la vanidad espiritual y sus consecuencias.
¿Qué es la vanidad Espiritual?
La siguiente respuesta de Saint-Germain. La dio en la transmisión de la canalización mensual.
P:(Parafraseada) Siento que la verdadera libertad llega cuando yo puedo elegir cualquier cosa que quiero crear o experimentar en la vida. Cuando puedo hacer lo que quiero. Pero, ¿no será que demasiada libertad te acarea también dificultades? Por ejemplo, ¿qué tal la vanidad? ¿Cuál es tu opinión sobre la libertad, la elección y la vanidad?
Saint-Germain: Una pregunta interesante. Estás hablando de la libertad de elegir. Y esta es mi breve contestación. “Con la libertad llega la elección, y con la elección encontrarás tu libertad”. Sí, es maravillosa la libertad de elegir. Pero también hay algo seductor al tenerla, especialmente si no estás preparado para vivir la experiencia de ser capaz de hacer lo que quieras. Y le has dado el nombre correcto a una de esas dificultades. La vanidad.
¿Qué el la Vanidad Espiritual?
Hablemos de una vanidad en particular, la espiritual. ¿Has conocido a una persona que sea espiritualmente vanidosa? Estoy seguro que sí. Una persona es espiritualmente vanidosa cuando siente demasiado orgullo por sus logros espirituales y los utiliza para impresionar o manipular a otras personas. Esta vanidad ha “ensuciado el halo” de muchos ángeles humanos que pudieran dirigir a otras personas en la Tierra.
La vanidad espiritual también tiene consecuencias. Sólo considera lo difícil que es para una persona vanidosa en lo espiritual, desenredarse de este disparate. Es una labor monumental. Es un tropiezo para muchos que están en el camino espiritual, mientras pretenden recordar su Divinidad.
La Torpeza de la Vanidad Espiritual.
La vanidad es una trampa. Y esta es la razón. La gente en su camino espiritual a menudo avanza por estados de conciencia más elevados. El problema de la vanidad espiritual surge cuando se da una fascinación o fijación por estas experiencias. Para unas personas es tentador creer que sólo por haber tenido esta clase de experiencias maravillosas, son mejores personas o más iluminadas que otras. Eso, por su puesto, es absurdo.
Lo que sucede en este caso es que el ego de la persona –el cual no está completamente reintegrado en la experiencia del recuerdo Divino- le está poniendo algunos obstáculos.
Permítanme darle un ejemplo sencillo para ilustrar este punto.
Vamos a imaginar que el ego es un maestro de una escuela en tu ciudad, y que tú eres un estudiante ingenuo que está dispuesto a creer todo lo que te dicen. Tu maestro te anima a que completes la siguiente frase en el pizarrón: “Mi experiencia espiritual es________” pero luego él te la completa con “mejor que tu experiencia en cualquier día de la semana. Así que, ¿por qué no me dejas que te cuente?”
Y el maestro te manda de regreso a casa, pidiendo que repitas esa ridícula frase a tus amigos, familia y vecinos, hasta que ellos se convenzan de que tú sabes exactamente de lo que estás hablando y de que los deberías de conducir a la Tierra Prometida, o hasta que piensen que estás completamente loco. Y así es como nace el falso profeta.
Deben saber esto. El ego tomará posesión de cualquier cosa que sea tuya y le dará el giro que más le convenga. Le encanta asegurarse de que tú y los que te rodean, ignoren su Divinidad.
¿Por qué el ego cree que se merece el reconocimiento de ser mejor que cualquier otra cosa? Porque no tiene la certeza de su lugar y su importancia en el mundo. Esto convierte al ego en vulnerable a la experiencia de tener orgullo exagerado. Y en el aspecto espiritual, es particularmente un gran problema.
El ego nunca podrá sentir un orgullo legítimo sobre alguna cosa que sea realmente importante para ti -como por ejemplo la Verdad de tu Divinidad- porque el ego nació de tu ignorancia al respecto.
Y Esto nos Lleva de Regreso al Tema de la Vanidad.
La vanidad espiritual no es otra cosa que el reconocimiento de tu Divinidad desde la perspectiva del ego. Pero es un reconocimiento falso. Es otra forma de mantenerte alejado de recordar tu Divinidad, al decirte que ya lo lograste, cuando en realidad no es cierto. El ego te anima a reconocer esta ficción al decirte que si puedes persuadir a suficientes personas para creerlo, entonces de seguro debe ser real. Y esa es la trampa de la vanidad espiritual. Es un problema mayor para aquellos que dirigen a otros por el camino espiritual, así como para quienes se los permiten.
Así que, para aclarar las cosas, lo voy a repetir: “con la libertad llega la elección, y con esa capacidad de elegir encontrarás tu libertad”.
Debes saber esto, querido amigo. Cuando eres verdaderamente libre, elegirás tus experiencias sabiamente, tal y como lo hace tu Alma. Y no te afectará la vanidad espiritual.
En cambio, tus decisiones sobre qué hacer con tu vida, tus relaciones y todo lo que es importante para ti, estarán en armonía con la Elección de tu Alma sobre cómo encarnar tu Divinidad mientras estás en la Tierra.
Y en esta alineación armoniosa entre tu naturaleza humana y divina, te vas a dar cuenta del verdadero significado de la libertad, y que para ti como humano es liberarte del olvido sobre Quién Eres realmente. Liberarte de los actos que proceden del ego o del auto sabotaje que te mantiene en la obscuridad con respecto a tu Divinidad.
Debes saber que conforme reintegras las percepciones distorsionadas del ego sobre lo que en verdad eres, a una apreciación consciente de tu Divinidad, encontrarás la libertad y el propósito de todo lo que haces.
Y todavía más importante, vas a entender que tu creciente reconocimiento espiritual no tiene nada que ver con ser mejor que otras personas o que seas muy evolucionado. En cambio, te coloca al mismo nivel que todos los humanos y te pide que practiques la humildad todos los días.
Esta clase de humildad te pide que dirijas y enseñes por medio del ejemplo. No siendo extravagante u ostentoso. Que le demuestres a los demás que es posible vivir como humano y actuar con conciencia Divina.
Recuerda que la humildad no te pide que niegues la grandeza de tu Divinidad, o seas tímido. Tu Divinidad es Grande, así como tú, cuando te inspira. La humildad simplemente te pide que vivas sin un orgullo falso. Sin ego.
La Necesidad del Discernimiento.
Cuando te puedes liberar de la vanidad del ego, ya no vas a sentir que eres espiritualmente superior a nadie, o más iluminado que otras personas; o que necesitas imponer tu perspectiva más elevada sobre ellos y convencerlos por su propio bien. Tampoco serás seducido por los mensajes de quienes tratarán de decirte o venderte su vanidad. Hoy en día se requiere de mucho discernimiento de tu parte.
En cambio, estarás atento a la necesidad de las personas por encontrar el camino que los lleve a recordar su Divinidad, y estarás ansioso por ayudarlos de manera respetuosa y apropiada cada vez que te lo soliciten.
Gracias, amigo, por preguntar a nombre de todos los presentes y de los que estarán leyendo este posteriormente.
Saint Germain.
*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”.
Gracias a Saint Germain y a Alexandra Mahlimay y Dan Bennack por sus enseñanzas.