1 de junio de 2010

NUEVA ENERGIA *Portal de la Luz de Las Pléyades*

Existen muchos caminos para llegar a conocer en realidad, quiénes somos. Son diferentes rutas que a final de cuentas llegan al mismo sendero del autoconocimiento. Los Pleyadianos, por medio de Gullian McBeth-Louthan, nos recuerdan la influencia que han tenido en nuestra vida como parte de nuestra raza que sembró el ADN que portamos. El título original de la entrega es “Pleiadian Portal of Light” (Portal de Luz Pleyadiano).
Somos el portal de luz dentro del Sistema de Estrellas llamado Pléyades, un faro cristalino que les permite entrar a nuestro lugar de espacio y tiempo donde la luz puede desdoblarse y pulsa un conocimiento y sabiduría para todos los que cruzan por nuestra puerta. Somos una puerta interestelar cristalina que aloja códigos de luz que se han mantenido guardados pero que buscan ser completados por todos aquellos que tienen el anhelo de tener nuestra energía en su corazón.
Siempre hemos existido como luz. Somos la expresión de la luz. Somos precursores que provenimos de los soles detrás de los soles; la luz detrás de la luz. Somos tu reflejo así como tu comienzo. Somos todo lo que ha existido y todo lo que ha nacido para convertirse en una forma a través del tiempo.
Se nos hace referencia en los textos como los Grandes Seres de las Pléyades que acompañaron a la humanidad hacia la formación de un esqueleto superior y a una escalera genética diferente. Venimos a reflejarles porciones de ustedes mismos que han estado escondidas dentro de su propia sombra humana. Venimos a reflejarles la verdad de su belleza y de sus habilidades que ustedes no ven mientras estén atrapados en el remolino de la sanación, el arreglo, la eliminación, el desprendimiento y el dejar ir.
Cada uno de ustedes representa un universo. Un universo que ha sufrido amnesia y que por lo mismo ha olvidado que es un universo. Su cuerpo alberga en el interior trillones de galaxias y constelaciones que representan todas las vidas en las que has encarnado. Su Tierra es el anfitrión de todos esos millones de universos que se aceleran a sí mismos en su totalidad del ser y en su totalidad de recuerdos. No existe simplemente un dócil mortal dentro de toda la estructura de la Tierra. Como en toda existencia, hay hoyos negros, blancos y azules. Hay gigantes rojos y duendes color café. Hay estrellas frías y calientes. Hay energías que son amigables para el ambiente y energías que desean destruirlo.
Tú eres un ser galáctico de proporciones inimaginables. Como el universo que eres y naciste para convertirte, es momento de amarrar las partes sueltas y cortar los pedazos que sobran por estar inmóvil y ser torpe en lo que tú llamas tu humanidad. La emanación de luz que llega e irradia de tu sol, proviene de la profundidad de las Pléyades. Brillamos en Atlántida, en Lemuria, en el viejo Egipto. Fuimos la luz que los Mayas alabaron. Los Sumerios, los Anastazi, de igual manea, conocían nuestra calidez. Hemos sido conocidos a lo largo de las civilizaciones que van más allá de sus registros históricos en el tiempo o en los grabados en piedra. La luz de las Pléyades los alcanza y de manera delicada los toca, los reúne. Junta cada punto en ustedes que esté fracturado. Reúne al ADN que es frágil y delgado y lo convierte en fuerte y vibrante. Junta las células tristes y les brinda alegría. Reúne todas tus partes hasta un punto en donde puede comenzar la creación. Es un punto de amor.
Esta energía llega y te acompaña hacia lugares más allá de lo que siempre habías experimentado o siquiera imaginado. Debes separarte de la unión de todo lo que hasta la fecha has conocido como limitaciones, para convertirte en una nación soberana de luz dentro de ti mismo. No podrás esperar más tiempo a que se una tu ciudad, tus oficinas, tu familia, tu pueblo, tu gobierno. Tú eres una entidad completa en tu propio ser. Eres un campo completo y unificado de luz en tu propio ser. No hay nada que esté roto o fracturado dentro de tu existencia, a menos de que así lo percibas. Debes hacerte a un lado para alejarte del dolor y la soledad, para que puedas ver completamente quién eres y todo lo que representas.
Todos ustedes están aquí como Emisarios de Luz. Como Embajadores del Creador, no están aquí para flojear, para ser frágiles, para envejecer y morir. Están aquí para aprovechar la oportunidad de completarse y ver en su totalidad la razón de su existencia. Es por medio de esta aceleración de partículas y campo unificado de luz, que naces a la totalidad. No hay nada que no puedas conseguir. No hay nada que no puedas crear. No hay nada que no puedas sanar. Afectas a todas las cosas. Todas las cosas en tu mundo, te escuchan.
Ustedes son seres que han olvidado su enormidad. Si van a salvar al mundo y por eso encarnaron, deben comenzar con ustedes mismos. No son víctimas de nada y de nadie, a menos que así lo decretes. No hay nada que pueda lastimarte, que pueda destruirte o arrebatarte, ya tú eres el centro de universo en forma humana. Has olvidado la totalidad de tu ser. Despierta y reconoce en verdad quién eres.
Habla como un Dios. Piensa como un Dios. Conviértete en Dios. No permitas que te controlen las distracciones de tu vida, de tu humanidad o de tu cuerpo, ni que te esclavicen a tal grado de que menosprecien la esencia de lo que eres. Apártate por un momento de tu cuerpo y obsérvalo como un vehículo al que instruyes, que te transporta por el tiempo y el espacio, de cualquier forma y en cada pensamiento.
Tú habitas en donde están tus pensamientos; velo como tu dirección desde donde creas. Esta dirección se convierte en tu universo cuantificable y en tu campo de luz definible. Redefine quién eres para que redefinas inmediatamente cada célula de tu cuerpo, en cada nivel de tu vida y en cada documento que ha llevado un registro de tu vida, de tu nacimiento y tu muerte. Tú eres el centro del universo. No tomes esta afirmación a la ligera, ya que donde te encuentras en este momento, en tu ser, generando tu circunstancia, produce un efecto expansivo hacia toda la existencia. Afecta tu pasado y tu futuro, ya que todo está conectado.
*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende.*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”.
Gracias a los Pleyadianos y Guillian McBeth-Louthan por sus enseñanzas www.thequantumawakening.com