Hablemos
ahora de su propósito en la vida. No es un accidente el que decidieran
reencarnar ahora, el que existan tantas cosas turbulentas, el que hayan venido
a cultivar la tierra de aquellos que quieren despertar pero no saben cómo.
Han estado en entrenamiento en esta vida y han traído ciertas características de otras vidas que les ayudan para relacionarse con sus hermanos y hermanas. Tienen cierto conocimiento, aquello a lo que ustedes llaman el inconsciente o el nivel subconsciente, lo que influye en cómo ven las cosas. Y todo lo que han leído, estudiado y escuchado en esta vida les lleva a ver hacia dónde va el mensaje que vinieron a compartir.
Su propósito en esta vida es ayudar, servir, aumentar el despertar, el conocimiento de la divinidad, primeramente dentro de ustedes y conforme lo hacen, lo contagian. Se esparce a otros. Tal como sucedió hace 2 mil años –dice Jeshua-, que yo tenía un mensaje, un propósito. Vine con el mensaje de que ustedes son el Cristo encarnado, son amor y son divinos. Y la verdad, nunca han estado separados de la fuente.
Llegaron aquí como una extensión de la Fuente, de su divinidad. En ocasiones lo saben y en ocasiones no. Muchas veces están tan enfocados en lo que es correcto que les cuesta trabajo ver la foto completa.
Por eso les digo frecuentemente que es buena idea pasar algo de tiempo en reposo, meditando o disfrutando de la naturaleza.
Y no tienen que hacer un tipo formal de meditación. Está bien si quieren hacerlo así, pero pueden ustedes tan solo permitir la expansión con la frecuencia de la naturaleza, expandirse en la frecuencia de los árboles, las plantas, el agua que fluye; expandirse en esa frecuencia y hacerla suya.
Puede haber alguien parado junto a tí que no ve el río; lo que es difícil de creer pues es muy obvio. ¡Está ahí mismo! Pero es algo completamente individual aquello que se ve y como se interpreta.
Las frecuencias están a tu alrededor. Tienen diferentes colores. En ocasiones, incluso con el ojo humano puedes ver ciertos colores, como en un arcoíris. Ahí tienes una frecuencia de energía delante de ti, en diferentes colores, y la estás viendo con tus ojos humanos.
Todo a tu alrededor ahora mismo son frecuencias. Podrías conectarte a alguna de tus máquinas tecnológicas que pudiera mostrarte tu frecuencia.
Si alguien llegara a contarte que tu mascota sufrió un accidente, tu frecuencia cambiaría. O si alguien te dijera: “Tu boletó ganó la lotería y ahora eres millonario” tu frecuencia también cambiaría. Puedes sentir y ver tu cambio de frecuencia; se podría registrar en alguno de tus inventos tecnológicos.
Cada instante que estás en calma, cuando la energía te atrapa y algo sucede, tu frecuencia cambia. Otros también pueden sentirlo. Por eso buscas a aquellos que están en tu misma frecuencia, los que están contentos, porque justo en esa frecuencia es donde quieres estar, porque se siente bien. Algunos que de pronto están en frecuencias más pesadas, no dejas de amarlos, pero no siempre quieres estar en ese tipo de frecuencia. Aun cuando no puedas medir la frecuencia, la sientes.
A veces, la humanidad está buscando fuera de ella para poder ver las varias frecuencias de lo que ocurre y hay necesidad de recordarle “Ven y enfócate en el Ser divino que eres”. Ten la seguridad de que no das un paso a menos que uses la frecuencia divina que eres. No puedes vivir sin ser la persona divina que eres, el ejemplo divino. Así que te corresponde colocarte en el lugar que corresponde a tu valía.
En este momento, en su planeta, no muchas personas saben lo que valen. No conocen la divinidad que poseen. No saben que pueden ser felices. Les han enseñado que deben intentarlo muchas veces y toman el mensaje de que no son los mejores, que no son perfectos, y que deben seguir intentando para ser los mejores.
Pero ya son lo mejor que pueden ser. Aun cuando estén haciendo un berrinche, están diciéndose a sí mismos “No estoy contento con mi ser” y lo demuestran. Pero quieren ser felices con ellos mismos además de tener cerca una persona que signifique la calma, una presencia de divina que les muestre el camino.
Me han llamado –dice Jeshua- el limpiador de caminos, y eso soy.
Y tú también lo eres. Has venido a esta vida con un trabajo por hacer. Mostrar el cómo vivir la vida humana y ser feliz en ella, encontrarla excitante, amar a todos y cada uno que se crucen en tu camino, aun cuando al principio no se vean muy adorables.
Pero puedes amarlos. Y amándolos, te amas a tí mismo, porque no hay separación. Cuando los ojos de un humano se encuentran con los de otro es una oportunidad para permanecer en el amor, para permanecer en el lugar de Ser Exaltado, fuera del mundanal ruido y elevarte a la frecuencia que eres. Eso es lo que en realidad eres. Es lo que en realidad quieres ser.
*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
Han estado en entrenamiento en esta vida y han traído ciertas características de otras vidas que les ayudan para relacionarse con sus hermanos y hermanas. Tienen cierto conocimiento, aquello a lo que ustedes llaman el inconsciente o el nivel subconsciente, lo que influye en cómo ven las cosas. Y todo lo que han leído, estudiado y escuchado en esta vida les lleva a ver hacia dónde va el mensaje que vinieron a compartir.
Su propósito en esta vida es ayudar, servir, aumentar el despertar, el conocimiento de la divinidad, primeramente dentro de ustedes y conforme lo hacen, lo contagian. Se esparce a otros. Tal como sucedió hace 2 mil años –dice Jeshua-, que yo tenía un mensaje, un propósito. Vine con el mensaje de que ustedes son el Cristo encarnado, son amor y son divinos. Y la verdad, nunca han estado separados de la fuente.
Llegaron aquí como una extensión de la Fuente, de su divinidad. En ocasiones lo saben y en ocasiones no. Muchas veces están tan enfocados en lo que es correcto que les cuesta trabajo ver la foto completa.
Por eso les digo frecuentemente que es buena idea pasar algo de tiempo en reposo, meditando o disfrutando de la naturaleza.
Y no tienen que hacer un tipo formal de meditación. Está bien si quieren hacerlo así, pero pueden ustedes tan solo permitir la expansión con la frecuencia de la naturaleza, expandirse en la frecuencia de los árboles, las plantas, el agua que fluye; expandirse en esa frecuencia y hacerla suya.
Puede haber alguien parado junto a tí que no ve el río; lo que es difícil de creer pues es muy obvio. ¡Está ahí mismo! Pero es algo completamente individual aquello que se ve y como se interpreta.
Las frecuencias están a tu alrededor. Tienen diferentes colores. En ocasiones, incluso con el ojo humano puedes ver ciertos colores, como en un arcoíris. Ahí tienes una frecuencia de energía delante de ti, en diferentes colores, y la estás viendo con tus ojos humanos.
Todo a tu alrededor ahora mismo son frecuencias. Podrías conectarte a alguna de tus máquinas tecnológicas que pudiera mostrarte tu frecuencia.
Si alguien llegara a contarte que tu mascota sufrió un accidente, tu frecuencia cambiaría. O si alguien te dijera: “Tu boletó ganó la lotería y ahora eres millonario” tu frecuencia también cambiaría. Puedes sentir y ver tu cambio de frecuencia; se podría registrar en alguno de tus inventos tecnológicos.
Cada instante que estás en calma, cuando la energía te atrapa y algo sucede, tu frecuencia cambia. Otros también pueden sentirlo. Por eso buscas a aquellos que están en tu misma frecuencia, los que están contentos, porque justo en esa frecuencia es donde quieres estar, porque se siente bien. Algunos que de pronto están en frecuencias más pesadas, no dejas de amarlos, pero no siempre quieres estar en ese tipo de frecuencia. Aun cuando no puedas medir la frecuencia, la sientes.
A veces, la humanidad está buscando fuera de ella para poder ver las varias frecuencias de lo que ocurre y hay necesidad de recordarle “Ven y enfócate en el Ser divino que eres”. Ten la seguridad de que no das un paso a menos que uses la frecuencia divina que eres. No puedes vivir sin ser la persona divina que eres, el ejemplo divino. Así que te corresponde colocarte en el lugar que corresponde a tu valía.
En este momento, en su planeta, no muchas personas saben lo que valen. No conocen la divinidad que poseen. No saben que pueden ser felices. Les han enseñado que deben intentarlo muchas veces y toman el mensaje de que no son los mejores, que no son perfectos, y que deben seguir intentando para ser los mejores.
Pero ya son lo mejor que pueden ser. Aun cuando estén haciendo un berrinche, están diciéndose a sí mismos “No estoy contento con mi ser” y lo demuestran. Pero quieren ser felices con ellos mismos además de tener cerca una persona que signifique la calma, una presencia de divina que les muestre el camino.
Me han llamado –dice Jeshua- el limpiador de caminos, y eso soy.
Y tú también lo eres. Has venido a esta vida con un trabajo por hacer. Mostrar el cómo vivir la vida humana y ser feliz en ella, encontrarla excitante, amar a todos y cada uno que se crucen en tu camino, aun cuando al principio no se vean muy adorables.
Pero puedes amarlos. Y amándolos, te amas a tí mismo, porque no hay separación. Cuando los ojos de un humano se encuentran con los de otro es una oportunidad para permanecer en el amor, para permanecer en el lugar de Ser Exaltado, fuera del mundanal ruido y elevarte a la frecuencia que eres. Eso es lo que en realidad eres. Es lo que en realidad quieres ser.
*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan
Enseñado a Creer”.
Gracias a Jeshua y Judith Coates por sus enseñanzas
oakbridge.org
Gracias a Jeshua y Judith Coates por sus enseñanzas
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