(Octubre 2017)
No terminábamos de platicar en nuestro reciente programa de Radio “La Nueva Revolución Latinoamericana”, sobre los cambios y manifestaciones del planeta Tierra, cuando volvía a presentarse un temblor que causó mucho daño en la parte central de la República Mexicana.
En esa reciente edición del
programa hacíamos referencia a la serie de transformaciones que se están
presentando en la Tierra y sus correspondientes manifestaciones. Se hizo
mención al ciclo planetario del agua y la manera en la está afectando y afectará
una gran parte de las costas. Se tocó el tema de los movimientos sísmicos y el
impacto significativo que seguirán teniendo en varias regiones del mundo. Y sí,
también la activación volcánica, sobre todo del Cinturón del Fuego en el Océano
Pacífico.
Sí, estas manifestaciones en
el planeta no son ocasionales, seguirán, en algunos lugares su magnitud se
incrementará y en otros donde no se presentaban ciertos fenómenos, aparecerán.
No es profecía. Nada que ver.
Son simplemente los cambios que la misma humanidad ha provocado al acelerar
estos tiempos de trasformación que originalmente estaban programados –si se me
permite la palabra- para dentro de unos cien años aproximadamente.
Y, ¿cómo lo aceleramos? Al
traspasar ese famoso umbral de 2012 en donde una porción de la humanidad tomó
la decisión de elevar su nivel de frecuencia vibracional para dar el siguiente
paso en su evolución.
El planeta cambia y se
transforma para dar cabida al nuevo humano en la Tierra.
Y para algo tan grandioso o
tan sencillo –dependiendo del punto de vista con el que se le contemple- ¿es
necesario tanto dolor o catástrofes?, se preguntarán muchos de ustedes.
Mmmh….
Queramos creerlo o
cuestionarlo, lo que sí es un hecho es que la mentalidad debe cambiar y pronto,
para entender esta serie de fenómenos que se estarán presentando, así como la
respuesta de un humano más consciente que deberá de aceptarlos, y estar listos
para prevenir o reaccionar en correspondencia.
Sé que el miedo es una
respuesta natural del humano ante este tipo de situaciones. Pero igual de
cierto es que el temor nos paraliza y la duda nos detiene.
Y después de los entendibles y
justificados momentos de dolor y zozobra, es momento de aceptar las cosas como
son y seguir adelante. No, no hablamos de resignación, sino de aceptar la
realidad como primer paso para poderla cambiar.
El Ser Humano ha decidido
quedarse en el planeta y para hacer posible su estancia, Gaia –la conciencia de
la Tierra- modifica su vibración. El planeta no está en peligro de extinción y
nunca lo ha estado. Son las formas de vida en el planeta las que pudieran estar
en riesgo en los próximos años.
La transformación es
inminente. Los cambios son inminentes.
¿La humanidad lo comprenderá?
¿Los negará? ¿Los cuestionará? ¿Los combatirá?
De nuestra respuesta depende
la sostenibilidad de algún modelo que estamos a punto de crear para preservar
la presencia de nuestra raza en este bello lugar.
Tal y como han dicho algunos
autores y canalizadores, la respuesta la tenemos en este preciso instante por
medio de las acciones que emprendamos y que vayan encaminadas a cuidar,
respetar o sanar al planeta, sus formas de vidas y ecosistemas. No tenemos
muchos años de margen de maniobra. Hay que empezar ya.
El menor detalle cuenta. Las
mínimas acciones pueden convertirse en grandes diferencias, si comenzamos ya.
Con respeto,
Roberto Mendoza C.
*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te
Hayan Enseñado a Creer”