2 de octubre de 2017



(Octubre 2017)

Todos hemos sido testigos de los eventos naturales recientes en el Caribe, en México en Indonesia… Madre Tierra manifestándose.

Y por otro lado, la manifestación del ser humano. Diariamente, tenemos la oportunidad de sonreírle al vecino, al señor que vende el periódico, a quien nos atiende en el super, a los compañeros de trabajo, a la familia con la cual cohabitamos una casa. Y como ya todo lo damos por sentado, no le damos importancia a esa serie de regalos que recibimos a cada instante y día con día.  

Conocemos a tanta gente, pero en mucha ocasiones es hasta que se dan eventos catastróficos que nos preguntamos: ¿Y si no lo vuelvo a ver?  ¿Y si nunca le dije lo mucho que lo quería, o que lo admiraba, o que me gustaba su compañía? 

¿Y por qué tendrán que pasar este tipo de cosas para que sólo entonces seamos solidarios, afectuosos, comprensivos, empáticos?

Algo maravilloso que tiene el ser humano es que se agranda ante el tipo de eventos que acabo de comentar.  Ante la tragedia, la catástrofe, llega la solidaridad, la fortaleza, la layuda. Ha sido verdaderamente motivador el observar/vivenciar la capacidad de respuesta tan rápida que se ha dado en diferentes puntos de la República Mexicana, por ejemplo. La capital del país, la Ciudad de México y el Sureste, se vieron muy afectados ante las más recientes manifestaciones de Gaia (Madre Tierra).

Y se exalta que una parte de la población está marcando la diferencia…. Pero ¿por qué tiene que ser un diferenciador y no ser la constante? No digo que esté mal que la gente ayude ahora que se requiere, al contrario.  Es algo bien bonito y significativo ver miles de manos ayudando, cientos de camiones cargados de víveres, gente asistiendo a los albergues con ropa para repartir entre los afectados, personas pasando tiempo de calidad con aquellos que se encuentran en dichos albergues, pero ¿por qué no podemos comportarnmos así con todos… siempre?.

No tienes porqué conocer a alguien para ayudarlo… 

No necesitas tener dinero para apoyar…

No tienes porqué ser joven para ofrecerte…

No requieres un tipo de estudio especial para darle aliento al desvalido…

No tiene que sobrarte nada, para compartir lo que tienes… 

La reflexión es que nunca hay que dejar pasar la oportunidad de disfrutar de alguien o de algo. Como decían los abuelos: “Hoy estás aquí…. Mañana, quien sabe”. Esta frase encierra un mensaje poderoso para que disfrutes al máximo de cada día. 

O lo que es lo mismo ¿Por qué dejar para mañana lo que puedes hacer hoy? Así que te invito, a que empieces hoy, a no dejar para mañana todo lo maravilloso que puedes ofrecerte, y por tanto, puedes también ofrecer al de al lado, al de enfrente, al que se te cruce…

Que no tenga que darse una catástrofe para demostrar que el nuevo humano ya está aquí, listo para tomar con entereza y serenidad todos los cambios que Madre Tierra nos tiene preparados. 

Depende de nosotros el construir juntos la Nueva Tierra que nos albergará. 

Te agradezco que hayas visitado este espacio y te mando un saludo Desde Aquí
Silvia Limón