2 de agosto de 2018

(Agosto 2018)

Seguramente en más de una ocasión has leído en un artículo, o en un libro, o te ha dicho algún maestro o tus padres que hay que hacer, hacer, y seguir haciendo.

Hay que trabajar duro para lograr lo que uno quiere. Hay que levantarse temprano para hacer muchas cosas a lo largo del día. Hay que sentir dolor en el gimnasio, para que el ejercicio sea provechoso. Hay que sufrir, para ganar.

¿Qué tal que te dijera que el Nuevo Humano de la Nueva Tierra debe enfocarse más en SER que en HACER? Que no hay que preocuparse, sino ocuparse de las cosas.

Que no porque te levantes al alba amanece más temprano, y que no porque seas el que más horas trabaja llevas a cabo mayor (y mejor trabajo).

Y no se trata de que te tires en la hamaca y que le pidas al universo que trabaje para tí sin que tú muevas un dedo.... no!. Se trata de que disfrutes sin dolor, de que goces al 100% cada actividad. Que no te canses de soñar, para que cada sueño lo conviertas en parte de TU realidad.

De igual forma, te invito a que aprendas a adueñarte de tus estados de ánimo. Ya que los sentimientos de depresión, tristeza y enojo o decepción pueden tener un peso enorme que te hará perder el foco en áreas importantes de tu vida. 

La buena noticia es que estos sentimientos pueden superarse de muchas maneras, si pones especial y cuidadosa atención y eres consistente.

En muchas ocasiones, esos sentimientos pueden irse disminuyendo poco a poco, con pequeños pasos, haciendo cosas sencillas. Tan sencillas como tomar el sol, buscar la oportunidad para reír, salir a caminar un rato, comerte una rica rebanada de pastel, o tomarte un buen cafecito. 

Con estas acciones que parecieran incluso simples, podrás trabajar en la causa raíz de tu estado de ánimo. Ese que te tiene decaído o apesadumbrado, superarla y continuar disfrutando de tu vida.

Sé más tú mismo, deja que tu niño interior (tu Ser Superior, tu "Pepe Grillo" personal) te guíe y te indique qué es lo mejor que puedes o debes hacer, cuál es la mejor decisión. 

¡Tómate un respiro del ajetreo de la vida! No olvides que esa vida es tuya, y de nadie más. Haz la prueba y constatarás que aquello que veías como un gran problema, que aquel al que considerabas te arruinaba la vida, eso que te costaba tanto trabajo iniciar, después de un buen respiro, un alto temporal en el camino, con la mente quieta y en paz, te hará ver todo de manera completamente diferente.

Como alguien me dice siempre: "Todo está bien". El asunto es recordar que tú tienes el poder para crearlo de ese modo.  

Te agradezco que hayas visitado esta columna y te mando un saludo Desde Aquí...

Silvia Limón