(Octubre 2018)
Termina el verano y le damos la bienvenida al otoño en
el hemisferio norte del planeta. El cambio también se presenta en el sur, solo
que ellos entran a la primavera.
Cambio al fin.
Frecuentemente escuchamos que durante una etapa de
transición como ésta, se presentan condiciones óptimas para transformarse uno
mismo, tal y como lo hace el planeta con cada estación del año.
Aunque no lo acostumbremos dentro de nuestro ajetreado
ritmo de vida cotidiano, sí es muy importante que nos demos un tiempo para
reflexionar sobre una serie de aspectos que nos pueden ayudar a realizar cambios
necesarios que podrían redireccionar el rumbo para transitar por un camino más
favorable.
Hablamos de cambios profundos que le den un nuevo
sentido a esa vida rutinaria que a veces nos fastidia. Transformaciones serias
que nos ayuden a manifestar aquello que frecuentemente solicitamos, ya sea como
petición, oración, pensamiento o buen deseo.
Durante esos momentos de tranquilidad que te sugerimos
tomes en estos días, bien podrías considerar los siguientes elementos para
ayudarte a cambiar con la ayuda de las energías de esta nueva estación.
Primero, dedica unos momentos para ti, para
reflexionar sin sesgos. Date ese momento para tranquilizarte y ver las cosas
con una nueva perspectiva. Sí, primero que nada, momentos de paz para poder ver
con claridad.
Después, con esa claridad podrás darte cuenta si
realmente estás transitando por los caminos que deseas. Sin prejuicios, nadie
te estará presionando o evaluando. Sólo tú sabes si estás haciendo lo que te
gusta, si estás en un lugar que te agrada. Ya sea en un trabajo, en una
relación personal o profesional. Sé honesto. Puedes engañar a los demás, pero
no a ti mismo. Si lo haces, sufres.
¿Qué sigue? Que la introspección que hagas no sea
superficial, sino que vayas hasta donde tu integridad te dirija. Sí, profundiza.
No temas. Se trata de que las energías del otoño te ayuden a descubrir lo que
has mantenido oculto durante tantos años. Aquellos traumas o dolorosos
recuerdos que están ocultos por la cantidad de mentiras o negaciones que has
utilizados para encubrirlos.
Y ahí siguen, no se irán hasta que tú mismo los
destapes, los confrontes y los liberes. Sí, probablemente todos esos son los
obstáculos que no reconoces, se te han olvidado, y te impiden avanzar, o
hacerlo a la velocidad que deseas.
Considéralo.
Finalmente, sé tolerante con las emociones que
resulten de este proceso. ¿Te imaginas lo que podrías ver y sentir cuando te
des cuenta de todo lo que has escondido por 5, 10 o 15 años de tu vida, o más?
¿De los daños que les has causado a otras personas? ¿De lo que te han hecho a
ti?
A ese tipo de reacciones emocionales me refiero.
Sé cauteloso, acéptalo. No te lo guardes y por
supuesto, no generes ningún tipo de resentimiento. Se trata de perdonar,
limpiar y olvidar. Recuerda que es tu momento para realizar un cambio profundo.
Hablamos de una dirección completamente diferente.
De ahí el tamaño del reto. Sí de la hazaña.
El comienzo de una gran transformación. La tuya.
No de cambios superficiales, maquillados: más de los
mismo, pero distinto. No. Hablamos de transformaciones profundas que realmente
impacten tu vida.
¿Realmente lo deseas? ¿No puedes esperar un minuto
más? ¿Es el momento propicio para hacerlo?
Comienza.
No olvides que toda gran transformación comienza con
el primer paso.
Dalo.
Con cariño y respeto.
Su amigo,
Roberto Mendoza C.
*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”