(Enero
2019)
En verdad
no dejan de parecerme curiosas ciertas cosas que acostumbra hacer el humano.
Por costumbre, porque así lo aprendió de sus padres y abuelos, porque “así lo
hace todo el mundo”, porque los medios le llenan la cabeza con información de
cómo “se deben celebrar estas fechas”, o… por razones varias.
El asunto
es que entre esas costumbres está el cómo va a recibir el año….. ¿Recibir el
año? Pero si todos los días estamos recibiendo vida, salud, alegría, retos, sorpresas;
y no sólo el primer minuto de un año nuevo (según marca el tiempo lineal),
porque si nos pusiéramos complicados recordaríamos que el tiempo es circular y
que no hay principio ni fin, que sólo existe la continuidad… o el aquí y el
ahora…. Pero no es necesario ponernos metafísicos.
Sólo es
una pequeña reflexión, y vuelvo al punto que traté el mes pasado, ¿por se tiene
que esperar una fecha específica para celebrar? ¿por qué se tiene que hacer lo
acostumbrado, en vez de lo deseado? ¿por qué se pierde de vista que todos los
días, minutos y segundos que vivimos son un maravilloso regalo?, el cual estamos
creando y nos lo brindamos a nosotros mismos; y que nuestras acciones,
intenciones y buenos deseos los compartimos con aquellos que se encuentran a
nuestro alrededor o en el entorno en que nos movemos.
Por supuesto
que en el tiempo lineal en que nos encontramos, en la 3D, en esta dimensión
donde somos carne y hueso, y donde el reloj marca las horas, los minutos y los
segundos el llegar al final de cada año es momento de hacer un alto en el camino
y echar un vistazo a todo aquello que logramos en esos 12 meses que están por
concluir, a todo lo que quedó inconcluso (y que en muchos casos pasa como punto
1 de la “lista por hacer” del año que iniciará).
Asimismo, recordamos a
aquellos que cambiaron de plano y ya se encuentran del otro lado del velo,
mirándonos y acompañándonos en cada momento. Y aquí te comento que no hay
porqué recordarlos con tristeza, sino al contrario, con mucha alegría en el
corazón por haber compartido momentos en este plano terrenal.
Claro que
es bueno reflexionar, de hecho, es hasta saludable. Pero te invito a que tu
reflexión de estos días no sea de tristeza, melancolía, enojo o frustración. Que
mejor sea de tranquilidad porque estás aquí, haciendo nuevos planes. De
agradecimiento, por todo lo que conociste, lograste (y no), aprendiste y viviste
a lo largo del año. De entusiasmo por todo lo que viene, lo que crearás,
conocerás y los retos a los que te enfrentarás. De compromiso, contigo antes
que con nadie o nada. Por tener una vida plena, alegre y saludable.
Que la
mejor de las vibras siempre inunde tu corazón, tu alma y tu espíritu. Y que
todos los días encuentres no uno sino muchos momentos en los que te des cuenta
de tu magnificencia. Si aún no te has dado cuenta de ello, tal vez sea momento de que te permitas constatarlo.
Te
agradezco que hayas visitado este espacio y te mando un saludo y un gran abrazo Desde Aquí... cargado de la mejor vibras para todo el mejor este año que inicia.
Silvia Limón