3 de febrero de 2019


(Febrero 2019)

Febrero es conocido por ser el mes del amor y la amistad. Más bien por el día del amor. ¿Un día para el amor y la amistad? Además, ¿qué clase de amor? Bueno, el consumismo y sus días no dejan de hacer todo lo posible por vender aquello que “puede complacer al ser amado”.

Definir el amor es algo muy complicado para mí. No sé si para ustedes también.

Infinidad de veces he visto personas que se han dicho “te amo” miles de veces, día y noche. Y días, meses o años después, ya no se hablan. Se pelearon. Es más, la mayoría de ellos y ellas se odian. Y el común denominador es que alguna vez se dijeron “te amo”.

Y no solo me refiero a parejas en el sentido romántico. Lo vemos en la familia, en los compañeros de clase, en la oficina y entre los amigos. Un día nos decimos lo mejor, al otro día, lo peor. Un día somos el ejemplo de la amistad, y el siguiente, no nos soportamos.

Así es la naturaleza humana, ustedes dirán.

Probablemente.

Sin embargo, desde una perspectiva un poquito arriba de la conciencia de masa, a un nivel superior del que nos encontramos comúnmente, entender la amistad y el cariño –más que el amor- pueden tener un sentido distinto.

¿A dónde quiero llegar con todo esto?

A que muchas veces decimos te quiero, te estimo, te amo, sin saber realmente lo que decimos, el significado de lo que esto representa o los vínculos que deberíamos de estar creando cuando lo decimos.

Esas palabras conllevan un compromiso. Sí, más allá del cariño, pocos toman en cuenta el grado de compromiso para llevar o sobrellevar una relación. Es decir, todos recordamos y nos gustan los momentos buenos, cariñosos o positivos. Pero al parecer a nadie le gusta respetar, entender y tolerar los momentos difíciles, negativos, incomodos, en donde la tolerancia, el respeto, la ecuanimidad o la templanza son factores que realmente deciden el grado d cariño o de amor que una persona tiene por la otra. Y si no hablamos de cariño, por lo menos de lealtad.

Ojalá que en este mes de la amistad o del amor, recordemos que nuestras palabras son frágiles y se las lleva el viento. Tengamos presente que la amistad y el amor conllevan más elementos que el simple cariño, gusto o concordancias. Del otro lado de la frontera del cariño, la amistad o el amor, está la tolerancia, el criterio, el respeto, la confrontación, el sobre llevar malos momentos o el superar la adversidad, y el perdón, que la mayoría de veces tienen más peso para definir una relación.

Y si ya nos ponemos más metafísicos o cósmicos, simplemente hay que recordar las palabras de Yeshua Ben Joseph –mejor conocido en las enseñanzas cristianas como Jesús- cuando enseñó uno de los principios más complicados pero brillantes a la vez, sobre lo que es el amor. A través de los textos, se dice que él comento, palabras más, palabras menos: “amar a tu amigo. Eso es lo más fácil y no tiene mayor problema. El reto: amar a tu enemigo, al que te odia, al que te ha hecho daño. Eso sí que es amor.

Y por todo lo anterior, ¿tú amas, quieres o estimas a alguien? Y no por lo que le digas, sino por lo que le demuestras. No sólo en los buenos momentos. Eso es obvio. Sino en los malos. Eso es brillante.

Y con respecto a tus enemigos. ¿los odias? Eso es lo natural o lo normal. ¿Los quieres y los entiendes? Eso es maestría, auto conocimiento, evolución y paz.

Con cariño y respeto.
Su amigo,
Roberto Mendoza C.


*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”