7 de abril de 2019


(Abril 2019)

Entramos en el segundo trimestre del año.

¿Acaso no se ha pasado rápido?

Volteamos, y nos preguntamos. ¿Ya pasaron tres meses? Y, ¿cuánto hemos logrado de aquellos propósitos de año nuevo? Es más. Ni siquiera nos acordamos de ellos.

Es probable que, al día de hoy, muchos de esos buenos deseos de inicio de año ya no sean parte de lo que queremos conseguir. Las circunstancias cambian, y, por ende, las necesidades o deseos también.

No hay nada de malo en replantearnos lo que queremos. Probablemente en año nuevo, y con la algarabía de las copas y el alcohol, la emoción y el sentimiento nos llevaron a plantearnos lo mismo de años anteriores o cosas que por la razón que sea, no son fáciles de cambiar u obtener.

Ajusta tus metas, cambia los propósitos. Pero enfócate en cambiar aquello que necesita transformación en tu vida.

Céntrate en las prioridades. Sólo tú sabes qué es lo que más daño te provoca, qué es aquello que siempre ha representado un obstáculo, sólo tú sabes qué aspectos mentales y emocionales te provocan reacciones que te perjudican.

Esos, no los evadas. Replantéalos en tiempo, en forma, pero no los evadas.

Aprende a confrontar los asuntos que son prioridad. Aquellos que ya no puedes dejar pasar más tiempo pensando en que un día se resolverán solos, o en que “ya habrá un mejor momento para resolverlos”.

Como tal, ya te has dado cuenta de que no hay un mejor momento. Si lo hubiera habido, ya lo habrías usado para resolver aquello que debes enfrentar.

El mejor momento es ahora. Sí. Ahorita. No mañana ni al rato. Ahora. No hay un momento idóneo.

Ten la voluntad de confrontar lo que debas enfrentar y hazlo. No lo pienses mucho porque volverá a pasar el tiempo y seguirás retrasando el asunto.

Ten la intención de cambiar una sola cosa a la vez. Pero que ya sea de las importantes. No las triviales.

Que no llegue el mes de junio y digas: “pero ¡cómo se ha pasado el tiempo! Ya estamos a la mitad del año”. Y en realidad no has hecho mucho.

Sí, vas a la oficina, sales a vender, vas a cobrar. Te reúnes con tus amigos los fines de semana. Pero, ¿no es la rutina de siempre? ¿No es lo mismo una y otra vez?

Sal del círculo. ¡Rómpelo!

Elige una sola cosa. Pero insisto, de las que son importantes. Algo vital que debas confrontar y modificar. Una a la vez.

Y entonces sí, verás cómo modificando una de ellas, otras cosas cambian a su vez y se abren –o por lo menos aparecen- nuevas puertas que anteriormente no habías considerado.

Y quizá, la siguiente vez que voltees, digas: “¡A caray! Ya pasaron ‘tantos’ meses desde que …..” Y sí, la vida sigue. Con ajustes, desvíos, atajos, nuevos caminos. Con subidas y bajadas, pero la vida sigue.

Y ojalá que el 31 de diciembre del 2019, tan sólo uno de tantos asuntos, ya no ocupe un lugar en las uvas porque lo pudiste enfrentar y resolver a lo largo del año. Y si son dos, ¡qué mejor!

Pero iniciemos con uno. Uno a la vez.

Confronta, enfrenta y no retrases lo inevitable porque sólo lo complicas más.

Inicia. Uno a la vez. Pero ¡ya!

Con cariño y respeto.
Su amigo,
Roberto Mendoza C.


*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”