(Agosto
2019)
“Es que…
no he encontrado a quien me haga feliz”, escuchaba yo el otro día que una mujer
le contaba a otra.
Y por qué
habrías de encontrar a quien te haga feliz, si para eso estamos todos y cada
uno de nosotros, para ser muy felices con nuestra propia existencia, sin
necesidad de que llegue alguien más a nuestra vida, con la encomienda de hacernos
felices.
Imaginen
la enorme responsabilidad que le estamos dando a la otra parte. Debe llegar y
lograr lo que yo no he podido hacer. Menuda aventura le aguarda a esa persona.
Por supuesto
que encontrar a alguien con quien compartir la vida, los encantos, desencantos,
momentos difíciles, situaciones de todo tipo, familia y demás es muy bonito y
ciertamente gratificante, pero no deberíamos limitar nuestro andar por este
planeta sólo a eso… a esperar la llegada de ese “alguien”, que por sobre todas
las cosas logre hacernos felices.
Aunque
suene trillado, debemos entender y tener bien claro que si nosotros no somos
los primeros en queremos, tenernos paciencia, comprender nuestras debilidades y
echarnos porras, pues no podemos -ni debemos- esperar la llegada de nuestro
príncipe azul en su brioso corcel (blanco, como dictan los cánones de los
cuentos de hadas) y que vivamos felices para siempre.
Mafalda
tiene una frase muy graciosa y completamente real que dice: “Hay mujeres tan
complicadas que cuando se les aparece el príncipe azul, no es el tono de azul
que querían…”. Y una disculpa si esta vez me enfoqué en el sexo femenino, pero usualmente a los
caballeros no les ocurre esto. Ellos como que son más prácticos en este
sentido. Creo que no se complican la vida tanto como las
féminas. Será la hormona, no? O las fases de la Luna, tal vez.
El asunto es que debemos dejar de lado el miedo a querernos, a comprendernos, a escuchar lo que nuestro "Pepe Grillo" integrado nos dice. No le echemos la culpa a nadie porque no somos felices o porque no hemos logrado lo que nos proponíamos.
Nosotros somos nuestra mejor porrista o nuestro peor lastre. La invitación es a ser lo primero.
Te
agradezco que hayas visitado este espacio y te mando un saludo Desde Aquí...
Silvia Limón