(Septiembre
2019)
Qué
sencillo es en realidad dar consejos. Como aquel de “respira hondo, cuenta
hasta 10 y todo estará bien”.
Seguramente
lo hemos dicho ene mil ocasiones a infinidad de personas. O es una de las
prácticas que más aconsejan en todas las reuniones de Nueva Energía,
metafísica, desarrollo humano, terapias de varios tipos, en fin, que una
respiración profunda siempre es muy recomendada y recomendable.
Pero una
vez que a nosotros nos toca respirar, el asunto cambia. ¿O no?
Hay situaciones
que nos colocan en nuestros “cinco minutos” y estamos al borde de perder los
estribos o de decir algo que en realidad no deseamos, pero como estamos
molestos, ni siquiera pensamos antes de decirla.
Es en esos
momentos que debemos recordarle a nuestro yo interior ese tan buen consejo que
nos encanta dar: “respira hondo y cuenta hasta 10”. Es entonces que debemos hacerlo
de manera profunda y consciente.
Pero no sólo respirar, sino bien respirar, de
manera profunda en serio. Que cada respiración nos ayude a centrarnos,
recordarnos quiénes somos y a ver aquel asunto que nos tuvo al borde del
colapso, de manera objetiva y sin apasionamientos.
Y si queremos
hacerlo realmente bien, hay que dar tres respiraciones profundas, respirando
por la nariz y soltando por la boca. Y si lo hace uno otorgándole verdadero
sentido, en serio que cambia el panorama.
Lo que
hace una buena respiración, no? Una
consciente, tolerante, amorosa, refrescante y profuuuuunda respiración lo
cambia todo. En serio.
Así que,
la próxima vez que sientas que estás llegando a tu limite o que estás punto de
estallar, toma la decisión de detenerte en ese momento preciso y date el regalo
de seguir ese buen consejo que tú siempre das pero que difícilmente te das a ti
mismo: respira.
Te
agradezco que hayas visitado este espacio y te mando un saludo Desde Aquí...
Silvia Limón