(Septiembre 2019)
Septiembre, mes de la Independencia. Así es como
tradicionalmente se anuncia este mes en mi país. Y es que el 15 de septiembre
se recuerda el grito de Independencia y el 16, un desfile militar conmemora el
inicio del movimiento de independencia.
Y ustedes se preguntarán, ¿y a mi qué con la
independencia de México?
Lo que sucede es que frecuentemente damos por hecho
elementos básicos como ser independientes.
Independientes de qué, de quién o para qué.
Mi comentario breve en esta ocasión es para retomar
ese concepto de independencia en nuestras vidas y las consecuencias de
ejercerla o no.
A lo que me refiero es a preguntarnos si realmente
“vivimos” nuestra independencia con respecto a las tradicionales normas y
sistemas de creencias que desde pequeños nos infunden desde casa, luego en la
escuela, y en la edad adulta, cotidianamente tenemos que seguirlas en sociedad.
Qué decir, cómo comportarse, qué estudiar, a qué edad
debes casarte, a qué te debes dedicar, cuánto tienes que ganar, qué debes tener
para considerarte exitoso, qué amigos debes frecuentar, qué religión debes
profesar… y más aspectos a los que seguimos siendo dependientes para no tener
problemas con los papás, la familia, los amigos, la sociedad, y el “qué dirán.”
¿Realmente somos independientes? O seguimos haciendo
lo que los padres nos dicen para evitar conflictos. ¿Realmente somos
independientes? O seguimos aparentando para que el “círculo social” nos siga
aceptando. ¿Ejercemos nuestra independencia?
O aceptamos ideas que no son nuestras y no nos gusta, solo por complacer
a los demás.
Sigues creyendo en lo que te dijeron cuando eras niño
y luego, adolescente. ¿Cuánto cuestionas? ¿Cuánto confrontas cuando sabes que
lo que te están diciendo no es verdad o te quieren manipular?
¿Desafías lo convencional? ¿Sigues siendo sumiso?
¿Alzas la voz cuando se comete una injusticia? ¿Te quedas callado para no
meterte en problemas? ¿No dices nada cuando alguien te miente y no lo encaras?
¿Eres independiente? ¿Vives tu independencia? ¿Lo
demuestras a pesar de que por ser diferente la gente te critique y hable a tus
espaldas?
A esa independencia me refiero y es la que tendríamos
que celebrar. No en el mes de la independencia de nuestros países, sino todos
los días.
SI no la tenemos o no la ejercemos, esa es la
independencia por la que deberíamos luchar. La independencia que nos da la
libertad de pensar y decir lo sentimos. De luchar por lo que creemos sin que la
gente juzgue sin saber, o critique por temor a nuestra rebeldía.
Ese es el movimiento de independencia que debemos
celebrar.
Anímate a dar “el grito” de tu independencia.
Y luego, di y haz lo que nace de tu interior, en santa
paz con los demás. Porque no hay que olvidar que los demás tiene su propio
grado de independencia y no podemos juzgarla o trastocarla.
¡Viva nuestra independencia personal!
Con cariño y respeto.
Su amigo,
Roberto Mendoza C.
*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”