(Octubre
2019)
Hace unos
días, para los que vivimos en el hemisferio norte, inició el otoño. Esa hermosa
época del año en que los árboles se visten de ocres, naranjas y dorado conforme
se van secando sus hojas y los jardines, bosques y ciudades lucen llenos de esas
hojas conforme van cayendo.
Es la
estación que nos prepara –con lluvia, viento y baja en la temperatura- para
recibir al invierno, la época más fría del año.
Pero muchos
piensan que la llegada del otoño significa término, conclusión, no hay más que
hacer por el año “que está por concluir”. ¿Concluir? Pero si faltan tres largos meses para que el
año termine. Si en un día puedes hacer ene mil cosas, imagina lo que puedes
lograr en tres meses…
Ahora
bien, comparar la vida de una persona con las estaciones que tiene el año es
una bella metáfora. O a mí me lo parece.
Y hay
muchos para los que el “otoño” de la vida se trata del ocaso de la misma. ¡Qué
fuerte! ¿Por qué término? ¿Por qué ocaso? Si es justo como la preparación hacia
algo más, en el caso de las estaciones, para el invierno.
En el caso de la vida, prepararnos para el tiempo en que –tal vez, y sólo tal vez- ya no seremos ni tan rápidos, ni tan diestros, ni tendremos tan buena memoria o ya no podremos llevar a cabo todo aquello que estábamos acostumbrados a hacer, pero si tenemos una buena actitud, todo eso pasa a segundo término.
En el caso de la vida, prepararnos para el tiempo en que –tal vez, y sólo tal vez- ya no seremos ni tan rápidos, ni tan diestros, ni tendremos tan buena memoria o ya no podremos llevar a cabo todo aquello que estábamos acostumbrados a hacer, pero si tenemos una buena actitud, todo eso pasa a segundo término.
Para el hombre
de la Nueva Tierra, que gusta de vivir en la Nueva Energía, esto de la edad
lineal y las “estaciones de la vida” no le hace mella. Es un ser multidimensional,
atemporal, que goza todos y cada uno de los instantes de su existencia, el aquí
y el ahora, el hoy; que es con lo que cuenta, lo que tiene a mano y frente a sí
en este momento. No mañana, sino hoy.
Así que a
disfrutar. Si estás en la primavera o verano de tu vida y te quieres comer el
mundo a mordidas, ¡que así sea!. Que ese mismo espíritu y actitud permanezca en
ti cuando te estés acercando al otoño. Ya con la experiencia que habrás obtenido
en las muchas vivencias de las otras estaciones, tu otoño e invierno serán
también algo que disfrutarás, y mucho.
Si ahora
que lees esto ya te encuentras en ese “otoño de la vida”, disfrútalo y recuerda
que tan sólo se trata de “una estación” más. Para disfrutar. Para seguir
adquiriendo grandes experiencias y muchos logros. La vida, TU vida, es eso. TU
creación diaria, la que haces día con día. Un paso a la vez.
¡Que éste
sea un otoño maravilloso para tí!
Te
agradezco que hayas visitado este espacio y te mando un saludo Desde Aquí...
Silvia Limón