4 de octubre de 2020

 

(Octubre 2020)

Ha llegado el otoño, y muchos autores se refieren con nostalgia a la época en que los árboles se desprenden de sus hojas y comienza la temporada fría, preparándonos para la recta final del año. Claro, en nuestro hemisferio norte, porque en el sur, está entrando la primavera.

El otoño en nuestro hemisferio, es la época de la cosecha. Donde el campesino recoge lo que sembró en primavera.

Haciendo una similitud con nuestras vidas, ¿qué sembraste en primavera? ¿Qué tendrías que recoger en tu cosecha? Bueno, para empezar, ¿sembraste algo?

¿Sembraste retos y ahora vas a recoger oportunidades? ¿Sembraste respeto y ahora cosechas amistades? ¿Sembraste ayuda y ahora cosechas agradecimientos?

Si es así, ¡qué bueno! Felicidades.

Desafortunadamente, mucha gente sembró discordia y ahora cosecha rencor. Algunos sembraron divisiones y ahora recogen resentimientos. Otros sembraron mentiras y ahora recogen desprecio.

¿Qué fue lo que tu sembraste?

Es probable que la mayoría no haya sido consciente de lo que sembró. Si ese fue tu caso, ¿cuál será tu cosecha en este último tercio del año?

La invitación el día de hoy es para que dejes de “actuar en automático” y seas consciente de lo que tus pensamientos y actos están generando. Porque eso sí, consciente o inconscientemente, produces algo. Y al paso del tiempo, cuando no te salen las cosas, o son distintas a lo que te propusiste, te preguntas ¿por qué?

¿Por qué nada nuevo llega a tu vida? ¿Por qué sigues atrayendo el mismo tipo de personas, empleos, situaciones que no te agradan? ¿Por qué no hay cambios en la dirección que deseas?

Probablemente todo se reduzca a lo que estás sembrando en un momento dado, consciente o inconscientemente.

Así que, en lugar de lamentarse, lo único que nos queda es ser consciente de nuestros pensamientos y acciones. Y la próxima vez que debamos sembrar, recordemos que toda aquella semilla que sembramos en la vida, tarde o temprano produce algo. Quizá esto lo conozcas con otro nombre más técnico: causas y efectos. A toda causa se genera un efecto. O en palabras más sencillas, todo lo que haces genera consecuencias.

Y si no te gustan las consecuencias de tus actos, habrá que cambiar tus pensamientos y tus acciones.

Recuerda. Si vas a sembrar, que sea algo que te agrade el día de mañana y produzca beneficios para ti y los demás. De lo contrario, te vas a arrepentir.

Y no hay nada más doloroso para un humano que el arrepentimiento. Así como no hay nada más poderoso que el agradecimiento.

La próxima vez, ¿cuál de los dos te gustaría cosechar?

Con cariño y respeto.

Su amigo,

Roberto Mendoza C.


*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*

“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”