4 de diciembre de 2020

 

(Diciembre 2020)

Pues hemos llegado al último mes de este mal llamado “año olvidable”. 

Claro que nadie esperaba lo que ha ocurrido. Por supuesto que fue diferente. Fue retador, puso a prueba nuestra capacidad de adaptación, de tolerancia. Nos recordó la importancia de la paciencia. Pero de ahí a que sea un año olvidable, no lo creo.

Difícilmente puedes olvidar hechos que marcaron a un planeta entero. Que acercó de nuevo a las personas. Que logró que unos a otros se cuidaran. que dejó claro que cuando las personas se proponen salir adelante, lo consiguen.  

Los grandes problemas son los que encierran más enseñanza. Las cosas que parecen imposibles de lograr son las más retadoras, son las que te obligan a adaptarte para no quedarte en el intento. Es en esos momentos en que utilizas tu carácter, tu temple y tu creatividad al 200%.

Así que fue un año donde aprendiste muchas cosas, algunas nuevas y otras que ya existían, pero que jamás habías volteado a ver. Fue un año de descubrimientos. Volviste a utilizar cosas que pensaste que jamás verías de nuevo. 

Te reencontraste primero que nada, contigo, con la familia con la que habitas, o con la pareja que compartes una vida.

Te diste tiempo para tí. Tal vez recompusiste tus prioridades. Te diste el tiempo para recapitular, para constatar todo lo que tienes frente a tí y no lo estabas aprovechando, recordaste lo que te apasiona y tenías olvidado.

El 2020 fue un año de enseñanza, de retos, de desafíos, de situaciones difíciles. Dejó ver la fragilidad de los gobiernos, del sistema económico imperante. Pero también confirmó la grandeza del ser humano.  

Te agradezco que hayas visitado este espacio y te mando un gran abrazo cargado de la mejor vibra y mi deseo sincero de que disfrutes todos y cada uno de los días que tienes por delante, no sólo durante el 2021, sino todos los que sigan.

Un saludo Desde Aquí...

Silvia Limón