1 de agosto de 2021

(Agosto 2021)

Una de las ideas más aceptadas en el ambiente profesional, es que las relaciones son el camino más rápido para conectarse, abrirse, camino y crecer en el ambiente empresarial.

En un mundo tan cambiante –y, sobre todo, con la rapidez que se transforma- parece ser que esta idea comienza a ser cuestionada.

Sin embargo, dentro de una organización las relaciones profesionales siguen siendo indispensables para el mejor entendimiento dentro de la operación del día a día. Esto es, sin importar tu nivel jerárquico, debes recordar que más vas a conseguir de tu grupo de trabajo, si tu relación es decente, tirándole a óptima.

Debemos tener presente que el desempeño o el rendimiento de los empleados, del equipo de trabajo, no sólo depende del conocimiento o la experiencia de cada uno de los integrantes. Depende en gran medida de la calidad de la relación que -como jefe- tengas con ellos.

Sí, podrás tener gente experimentada o talentosa. Sin embargo, si tu relación con ellos no es buena ni cercana –profesionalmente hablando- no vas a conseguir mucho.

Por su puesto que no hablamos de amistad. Hablamos de buen trato, apertura, entendimiento y confianza laboral.

Haz memoria. ¿Te acuerdas cuando eras un empleado novato –talentoso- pero tu jefe no te tomaba en cuenta? Es más, ni sabía tu nombre. Y, además, el ambiente era tenso.

Te pregunto: ¿te sentías a gusto? Y por más talento que tuvieras, ¿lo podías demostrar? ¿Te daban ganas de “ponerte la camiseta” y dar de más, cuando tus superiores no se interesaban por ti o tus compañeros eran rivales o enemigos?

¿Verdad que no?

Bueno, ahora entenderás mejor la necesidad de no sentirte superior, no ser grosero ni arrogante con tu gente. 

Tu gente podrá ser talentosa y experimentada, pero no van a compartir todo lo que saben, ni serán totalmente productivos si no se siente apreciados, respetados, o tomados en cuenta.

Por lo tanto, pudiéramos decir que el desempeño, la entrega y productividad de tu grupo de trabajo no sólo depende de su talento ni experiencia. Depende del trato amable que reciban, la apertura, comunicación y confianza que se generen, así como de la claridad de su papel dentro de la empresa y las expectativas.

Y tú, ¿ya comprobaste que esos elementos existan en tu lugar de trabajo?

¿La gente te mira con recelo, te voltea la vista y te evita? O, por el contrario, te sonríen, se acercan, te comparten y te respetan por cómo los tratas, no por el puesto que ocupas.

Y recuerda. No hablamos de amistad. Hablamos de respeto, tolerancia y entendimiento.

Con cariño y respeto.

Su amigo,

Roberto Mendoza C.

 

 *Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*

“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”

 

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