(Septiembre 2021)
Una de las formas de alimentar el propósito de nuestras vidas es por medio de los sueños y aspiraciones. Si son constantes, todos los días serán una oportunidad de construir lo nuevo. Pero si dejas de soñar, comienzas a envejecer. Y no importa la edad.
¿Cuántos jóvenes no conoces sin ilusiones y que han comenzado a envejecer? Se les ve tristes, desanimados, conformistas. Vamos, sin aspiración alguna.
Por otro lado, ¿cuántas personas mayores no conoces que están activas y llenas de vida? Ya van, ya suben, ya bajan, ya ríen, y no les importa la velocidad con la que hacen las cosas ni lo que piensen los demás. Y disfrutan todo lo que hacen.
Esa es la razón por la cual el día de hoy quiero invitarlos a que no dejen de soñar. Sí, a que no dejen de aspirar por tener algo mejor o distinto. Algo nuevo, algo retador.
El peor escenario en el que pueden caer es el conformismo y la falta de ánimo. En ese momento, el cuerpo empieza a envejecer y la enfermedad asecha.
Y como menciono líneas arriba, en nada tiene que ver la edad. Tú conoces “jóvenes viejos” y “ancianos jóvenes,” llenos de actitud.
Te invito a que consideres los siguientes conceptos cuando se trata de perseguir tus sueños, y claro, si te gustan, los compartas con los demás.
1.- Entre más pronto comiences a soñar de nuevo, mejor.
2.- Entre más disciplinado seas en lo que debes hacer para manifestar tus deseos, mayor serán tus resultados.
3.- No olvides traducir tus sueños en dominantes aspiraciones poniéndoles fecha, hora y lugar. Es decir, conviértelos en metas concretas para que no se queden allá en las “nubes,” como simples sueños.
4.- Entre más intentos, dedicación y empeño le pongas a la consecución de tus metas, aumentas la probabilidad de manifestarlas.
5.- No retrases lo que es inminente.
6.- Piensa en grande, sí, pero trabaja en grande. Grandes sueños no pueden cumplirse con un mínimo esfuerzo.
Muchas veces hay que ir más allá de nuestros límites para conseguir lo inimaginable.
Con cariño y respeto.
Su amigo,
Roberto Mendoza C.
*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La
Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”
