4 de octubre de 2021

(Octubre 2021)

Asumir que el otro sabe, entiende, quiere, busca, espera o entiende lo mismo que tú nunca será de beneficio para tí. De hecho, asumirlo pudiera acarrearte problemas. Y en ocasiones, hasta pueden volverse serios.

Algo que siempre hay que evitar es asumir que el otro entiende lo que quisiste decir. Puede que hablen el mismo idioma, pero tienen diferentes formas de pensar. De hecho, todos pensamos de manera diferente y por ello entendemos las cosas también de formas distintas.

Por ejemplo: el que hayas escuchado ciertas cosas acerca de alguien no significa que sabes cómo es esa persona. Asumir que es como has escuchado de otros y con ello normar tu criterio te puede llevar a no conocer a alguien verdaderamente interesante o hasta trascendente para tu vida. Además de que puedes hacer comentarios falsos sobre dicha persona, pues nunca han hablado. 

El asumir que entendiste lo que tu mamá, tu hermano, tu amigo, tu jefe o tu pareja quiso decir puede ser completamente opuesto a lo que cada uno de ellos te dijo o espera de tí. 

Y entonces llega lo importante del asunto. Para evitar dudas, fugas de información y/o malos entendidos lo mejor es siempre preguntar, corroborar que aquello que entendiste es lo que el otro quiso decir. 

Tuve un maestro que al final de cada lección quería conocer si había preguntas. Si todos guardaban silencio, comentaba: “Recuerden que no hay preguntas tontas, sino tontos que no preguntan”. 

Muchas personas sienten que el preguntar es signo de que se es tonto. Les da pena que otros escuchen que no saben algo, o que no lo entendieron. ¿Y qué tal si la persona simplemente no lo escuchó? ¿O está corroborando si la información que anotó es correcta?. 

Y bueno, si acaso no lo entendió, gracias a quien se atrevió a preguntar, todos los demás aclaran sus dudas. Dudas que temían preguntar. En realidad preguntar es muy importante. 

Por otro lado, el asumir o suponer algo te lleva a crear historias que sólo existen en tu cabeza. Son invenciones que carecen de fundamento, y si terminas creyéndolas sólo crearán conflicto cuando las compartas. 

Confucio dijo: “El que conoce todas las respuestas no ha hecho todas las preguntas”. Lo cual es cierto. Imposible saberlo todo. Pero peor aún asumir que se sabe todo. 

Todos los días está latente la oportunidad de conocer algo o a alguien. Se curioso. No asumas, no des por hecho, no supongas nada. Enriquece el momento del conocimiento preguntando. 

Siempre sucede que entre más conoces de un tema (o de una persona), te das cuente que te falta mucho por descubrir. Lo cual es -en mi personal punto de vista- algo maravilloso y 100% disfrutable. 

La invitación es a que te des a la tarea de recordar cuando eras un niño de entre 3 y 5 años y lo preguntabas TODO. Los niños no dejan lugar a las dudas ni asumen saber la respuesta a lo que preguntan. 

Deja de asumir, de imaginar o de dar por hecho... Si preguntas, tendrás certeza de aquello que deseas saber o de la persona que buscar conocer. 

Te agradezco que hayas visitado este espacio y te mando un saludo Desde Aquí...
Silvia Limón


Te invito a que me escribas a: lanuevaconciencia@gmail.com