(Julio 2022)
Dicen que la adversidad revela el carácter de las personas. Muy cierto.
Y además de revelar el carácter, la adversidad también revela la lealtad y el compromiso de los demás.
De ahí la importancia de que como líder que eres, sepas distinguir muy bien entre la adulación y la verdad.
Si no puedes reconocer la diferencia entre el compañero/empleado que te alaga, adula y quiere quedar bien contigo, con aquel que te dice la verdad -aunque no sea lo que quieras escuchar- entonces vas a tener problemas frecuentemente.
Por esa razón, una de las prioridades en tu organización es reconocer la verdadera naturaleza de las personas que trabajan contigo y su genuina personalidad. ¿De qué otra forma vas a poder prevenir una traición?
Un líder como tú tiene que ser capaz de funcionar a su mejor nivel en los momentos más críticos. Sí, ante la adversidad.
No sirve mucho el que seas efectivo cuando todo funciona normalmente o bien. En ese momento todo es paz y alegría. Pudieras pensar que eres muy bueno dirigiendo tu organización.
Pero cuando se presentan los problemas, los imprevistos, las urgencias y las crisis, ahí es donde tienes que demostrar que eres la persona adecuada para dirigir. Tus herramientas: el carácter, el temple, la frialdad, la concentración, el valor, el enfoque, y ser decidido.
Y al mismo tiempo, debes asegurarte de que la gente que va estar a tu lado en esos momentos complejos, sea de confianza, leal, y ecuánimes para poder implementar las soluciones necesarias.
El detalle es que cuando las cosas se “ponen feas,” lo más fácil para muchos es correr, esconderse, mentir, hacerse tontos o pecar de ingenuos. El miedo los absorbe y esto representa una justificación válida para que ellos se paralicen, no hagan nada, o incluso traicionen.
Por eso, insisto, mientras no se presente ese escenario “urgente” o “caótico,” es momento de que pongas a prueba esa lealtad y compromiso de tu gente. Es mejor que descubras en tiempos de relativa calma quién va a estar contigo en esos tiempos de crisis, en lugar de esperarte a que el problema se presente y te sorprendas de cómo se comporta el humano cuando es presa del miedo y busca “sobrevivir.”
Y recuerda, tú eres el que pone el ejemplo de ese respeto, lealtad y carácter. Si tu gente no ve estos atributos en ti, ¿cómo quieres que ellos lo hagan?
Entonces, recuerda, siempre debes ser congruente entre lo que dices y haces. ¡Siempre!
Con cariño y respeto.
Su amigo,
Roberto Mendoza C.
*Busca.
Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La
Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”
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