(Junio 2024)
Seguramente has escuchado por ahí a una persona que se queja de que no le alcanzan las 24 horas del día para hacer todo lo que tiene pendiente, o que su pareja no la entiende, o que su jefe es un negrero, o que la vida está muy cara o que…. Ene mil frases como las anteriores.
El asunto es que cada uno va armando o adecuando la vida que quiere vivir, porque al fin y al cabo es tuya, de nadie más. No puedes vivir la vida de otro. Por más empático que seas, tu vida y la de otros nada tiene que ver.
Cada uno tiene y vive su propia
realidad y la de otro, jamás será la tuya. Por ello eres un individuo. Un ser singular,
irrepetible y que se diferencia de los otros por sus actos, pensamientos,
sensaciones, experiencias y representaciones.
Dicho lo anterior, quisiera compartirte un ejercicio que es -creo yo- importante (y útil) y que tal vez deberías considerar hacer diariamente (o cuando lo consideres necesario). Por el bien de tu salud física, mental y espiritual.
No te hace gastar tiempo y bueno, quizá ese tiempo “gastado” sea muy provechoso.
Pero considerando que tú eres lo más valioso que tienes en la vida, valdría la pena que lo reflexiones.
El ajetreo diario, que ahora forma parte de la vida del ser humano, puede llegar a afectar su alma.
El tener muchas responsabilidades, el cargar tanto peso por la infinidad de cosas que ya haces o quieres hacer, o quieres lograr, o de las que quieres ser parte, termina agobiándote.
Por lo que la invitación es muy sencilla. Realiza este sencillo ejercicio de sólo 4 pasos:
1.Haz una pausa.
2.Respira.
3.Concéntrate.
4.Y recuerda que TÚ tienes el control.
Tú estás a cargo de tu vida. Eres quien maneja. Quien va al volante. Lo que sucede o sucederá es porque tú lo permites, lo llamas o lo creas.
Así que, cada vez que tengas duda o sientas que el mundo se te viene encima o ya sea el enojo o el estrés sientes que están llegando al límite: pausa, respira, concéntrate y recuerda que tú tienes el control.
Confío que te sea en verdad útil y provechoso 😉
Te agradezco que hayas visitado este espacio y te mando un saludo Desde Aquí...
Silvia
Limón
