3 de enero de 2012

NUEVA ENERGIA *Nuevos Niveles de Vibración Energética*

De una manera ingeniosa, Jeniffer Hoffman hace una comparación interesante entre el fenómeno del “eco”, con nuestros problemas que se presentan una y otra vez en nuestras vidas. El nombre de la entrega es “The Echoes of Life” (Los Ecos de la Vida).
Un eco se produce cuando las ondas del sonido rebotan en una superficie dura, lo que resulta en la continua repetición del sonido hasta que las ondas disminuyen y dejamos de escuchar el sonido. El volumen de eco depende de la fuerza con la que originalmente se transmitió el sonido, y la distancia entre la fuente y la superficie con la que choca. Si has creado y escuchado un eco, sabrás que repite exactamente o que dijiste y continúa hasta que la energía se pierde.
¿Qué tiene que ver todo esto?
Pues tiene que ver con todo lo que sucede en la vida, nuestras lecciones, la manera en la que creamos nuestra realidad, y al comprender los ecos, sabremos cuántos aspectos funcionan de la tercera dimensión, especialmente cómo permitimos que la energía del pasado sea la creadora de los ecos en el presente.
Al observar este fenómeno, nos damos cuenta de aspectos muy importantes:
- Cómo se repite el pasado en el presente.
- Cómo se mueve la energía y se recicla en nuestra vida.
- Por qué existe el eco (pista: tiene que ver con lo que refleja el sonido).
- Qué podemos hacer para que no se presente el eco después de escuchar el sonido por primera vez.
En nuestra realidad, el eco aparece en la forma de la energía del pasado, lo que nos recuerda su presencia y nos pide validación por medio de su repetición. Las superficies que producen el eco son nuestros pensamientos, creencias y percepciones. Cuando enfrentamos un eco del pasado tenemos dos opciones: dejar que se repita o escucharlo hasta que se desvanezca. Pero a menudo elegimos una tercera opción, al agregarle más emergía al eco. Así que en lugar de dejarlo desaparecer, se fortalece y se ancla en nuestro presente. No sólo validamos la energía del pasado, sino que la vivimos en el momento presente.
Porque es nuestro pasado, lo sentimos confortable, confiable (porque ya sabemos lo que sucederá después) y seguro. Como seres humanos, nos encanta lo predecible, lo que ya sabemos, la continuidad. Cuando el eco regresa, nos recuerda que estuvimos en un lugar en particular y lo que sucedió ahí. Si estamos enojados, resentidos, con miedo, con deseos de venganza, este eco es nuestra oportunidad para validar nuestra experiencia al hacernos cargo, controlar o encontrar la manera de vengarnos dentro de esa experiencia. Mientras que el eco nos invita a desconectarnos, nosotros nos volvemos a conectar con gusto, con la certeza de que esta vez los resultados serán diferentes.
Pero como no es así, nos volvemos a enojar y estamos hasta el cuello con la energía del pasado, sin saber que no es dándole más energía a ese eco como nos podemos desprender de él. Lo que debemos hacer es llevarlo al siguiente nivel de vibración energética y desprendernos del camino de ese eco.
La energía del pasado viaja de manera lineal. Nos la encontramos por el simple hecho de que estamos en su camino. Conocemos su particular firma energética porque representa un aspecto de nuestra experiencia. ¿Y si retiramos nuestra energía de ese lugar? De ser así, el eco ya no nos parece atractivo y lo dejamos pasar. De lo contrario, nos lo volvemos a encontrar, con otra oportunidad para recuperar nuestro poder en ese momento.
Pero sabemos que el pasado no tiene poder alguno sobre nosotros. Lo que fue una experiencia en el pasado, sin poder, lo será en el presente. ¿Podemos convencer a nuestro ego de que esto es verdad? Porque eso es lo que tenemos que hacer si queremos quitar la ilusión de poder que tiene el eco para establecernos en una nueva energía.
En este nuevo lugar, ¿dónde está nuestro poder? Todavía no lo sabemos, pero aquí es donde debemos tener fe en nosotros mismos, tener ánimo, y confianza en nuestras habilidades. Tener una intención y propósitos firmes. Sin ello, vivimos nuestra vida a través de los ecos y nos atoramos en la energía de las experiencias y situaciones que no nos corresponden.
Sin los ecos de nuestro pasado, nuestras vidas son telares vacíos en donde nos podemos convertir en lo que queramos. Cuando enfrentamos varias opciones para elegir, sentimos temor de nuestras habilidades. ¿Qué podemos elegir cuando todo es posible? ¿A quién le pedimos consejo cuando ya no hay ningún eco que nos haga recordar los peligros que pudiéramos enfrentar? ¿Cuál será el resultado si estamos creando el camino con cada paso que damos?
Este es nuestro momento y esas, nuestras elecciones. ¿Aprovecharemos esta ventaja o en su lugar buscaremos las vibraciones de un eco que nos sea familiar?
Conforme terminamos el ciclo kármico, nos desprendemos de la energía de nuestros ecos al aceptar nuevos niveles de vibración energética. Estas nuevas energías no traen ecos, ni recuerdos del pasado, vibraciones que nos son familiares que nos atraen por medio de nuestras creencias, pensamientos emociones o sentimientos. Eso nos enseña a conectarnos por medio de otros portales energéticos, en lugar de hacerlo por nuestro enojo o el miedo. Después, debemos encontrar otras formas de relacionarnos con el pasado, con nosotros y con otras personas.
Con cada paso que damos durante nuestro viaje, debemos enfrentar nuestros ecos y la tentación de aceptar la oportunidad de vengar nuestra experiencia y caer en la trampa de tratar de ejercer poder y control de nuestro pasado. O podemos eludir esos momentos y elegir algo diferente. ¿Cómo podemos resistirnos?
Hay una nueva forma que podemos usar para sentirnos poderosos, y es por medio de nuestra intención. Nunca pretendimos recrear el pasado, especialmente si no ha sido satisfactorio o frustrante. Nuestra intención es que el presente y el futuro sean diferentes. Con nuestra intención estamos creando nuevos niveles de potenciales y por lo tanto, nuevos niveles de vibración energética. Si podemos sumergirnos completamente en nuestra intención, el eco se convierte en un sonido imperceptible, con el que podemos o no, sintonizar, siempre que no le hagamos caso a la insistencia del ego para ponerle atención a nuestras emociones. Nuestra decisión final es la que determina si le damos poder al eco, o lo hacemos a un lado para que salga de nuestra realidad.
En verdad estamos ante el umbral de una transformación profunda dentro del viaje de la humanidad, y la manera en la que enfrentemos nuestros ecos determinará si estamos al frente de esta transformación -utilizando nuestra fe y confianza para iluminar cada paso hacia lo desconocido- o si repetimos el pasado en un intento por encontrar el poder que pensamos está escondido en él.
La verdad es que en este momento el poder está en nosotros, y podemos deshacernos del eco porque no porta ninguna verdad y no tiene ningún poder sobre nosotros. Cuando dejamos ir esos bloques, los ecos se derrumban y se convierten en murmullos que nos recuerdan que no debemos buscar por fuera de nosotros, ni necesitamos validar ningún aspecto de nuestra experiencia. Somos y seremos perfectos y completos en todos los sentidos. Es momento de dar un paso en nuestro presente y en nuestra presencia.
*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende.*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”.
Gracias Uriel y Jennifer Hoffman por sus enseñanzas www.urielheals.com