1 de febrero de 2013

NUEVA ENERGIA * Sueños Aquí y Ahora *

En la editorial que escribe en su boletín mensual de enero, Geoffrey Hoppe hace referencia a la reciente plática de Adamus sobre los sueños.

Ahora que entramos a una Nueva Energía, ¿es momento de seguir soñando, o es mejor vivir los sueños que realmente queremos y deshacernos de los que en realidad no queremos, pero siguen ahí?

Así es como lo ve Geoffrey en “Farewell To Dreams” (Adiós a los Sueños).

Nosotros soñamos, ya sea cuando estamos dormidos o soñamos despiertos durante el día. Soñamos para escapar del mundo diario, o salir de un embotellamiento, soñamos pagar nuestras deudas o cambiarnos de trabajo. Cuando dormimos, abandonamos el cuerpo y salimos de los reinos terrenales con objeto de explorar el cosmos, regresando a nuestros cuerpos al amanecer.

Durante el día, soñamos con lo que queremos realizar, ya sean grandes logros, escribir el libro perfecto, componer una canción conmovedora, viajar por el mundo, ver hadas en el bosque, construir un centro de salud o crear una escuela para los niños de la Nueva Energía.

Los sueños separan nuestra realidad de los grandes anhelos del alma. Nuestros sueños existen en algún otro lugar, muy lejos del tedio de nuestras vidas. Nos hemos convertido en maestros viviendo dos vidas: una de sueños y otra de realidad. Ambas convergen raramente, si es que lo hacen alguna vez.

Pero no siempre fue así. En nuestras encarnaciones Lemurianas, soñábamos en coro para aprender y ajustarnos al nuevo ambiente físico que nos rodeaba. El estado de sueño nos mantenía conectados a nuestros orígenes angelicales, mientras descendíamos a las profundidades de la materia. El humano que surgía y el sueño, vivían juntos, como uno solo. Pero conforme nos ubicamos en el mundo corpóreo, se dio una separación entre lo humano y lo divino, entre el humano y sus sueños. Los sueños fueron relegados a lo etéreo mientras que el humano ocupaba un cuerpo de carne y hueso.

Ahora, pasamos nuestras vidas buscando los sueños que escondimos intencionalmente, como si hubiéramos enterrado un tesoro, perdido el mapa, y ahora lo buscamos incansablemente para encontrarlo. Quizá se trata de la mayor mentira cuando afirmamos que “no conocemos cuáles son nuestros sueños, nuestra pasión o nuestra alma”.

Adamus nos “movió el tapete” durante el Shoud de enero (Más Allá de los Sueños…Hacia la Libertad; enero 5, 2013). Él comentó: “vive tus sueños o déjalos ir”. Los sueños –dijo- se han convertido en una distracción porque nos acostumbramos a la fantasía de esos sueños, en lugar de su realidad.

Si alguna vez te has escuchado decir: “Mañana voy a empezar a considerar mis sueños……” o “Cuando conozca a la persona adecuada seré capaz de hacer……”, esto significa que no encuentras la manera de manifestar tus sueños en esta vida.

Adamus señala el cruel hecho de que para mucha gente, el día de mañana será muy similar al día de hoy, y fue casi igual al día de ayer. Los sueños se quedan allá, en la tierra de los sueños, en donde la realidad permanece en sus modelos ancestrales.

Lo que dijo me causó molestia –y a muchos otros- pero debo de admitir que es cierto. Somos criaturas del hábito y soñadores del mañana.

Después de su plática hice un inventario de mis propios sueños o fantasías. No los aburro con los detalles ni quiero exponerme fácilmente, pero la lista era larga. Por una parte, sentí que había vivido y conseguido muchas cosas en mis escasos 57 años de vida en el planeta. Pero por otra, muy pocos de esos logros eran muy importantes en el gran esquema de las cosas. Tuve que confesarme ante mí, diciendo: “O vives tu sueño, o lo dejas ir”.

De inmediato sentí toda la energía que estaba atada a estos sueños distantes y sin realizar. También me di cuenta de que los utilicé como una distracción, o quizá para engañarme, para decirlo de mejor manera.

La parte más difícil fue dejar ir los sueños que no estoy dispuesto a vivir. Esos sueños borrosos fueron acogedores y reconfortantes. Lo mejor es que no eran peligrosos porque una parte de mí sabía que nunca se realizarían.

No importan las ganas tengamos de manifestar un sueño, puede ser que sintamos miedo cuando se presenta el momento de vivirlo, porque de repente llega de aquel lugar cálido en el éter, a la dura realidad del Planeta Tierra en donde tiene que coexistir con las creencias de los demás, incluyendo las mías. Surge la tentación de regresar ese sueño a su lugar de origen.

El mensaje de Adamus llegó de manera oportuna con el comienzo de la Nueva Era. Es momento de comenzar a vivir. Es momento de vivir nuestra divinidad, nuestros sueños, nuestra verdad, nuestras palabras. Simplemente, es momento de vivir. Y no es fácil, si nuestros sueños están en un lugar y nuestra realidad, en otro.

Estuve dándole vueltas a este asunto de vivir o desprenderme de mis sueños. Entendí lo que Adamus decía, pero otra historia muy distinta era aplicarlo a mi vida. Tenía miedo de dejar ir mis viejos sueños porque aún cuando los tenía guardados en un lugar muy alejado, existía una ligera esperanza de que se hicieran realidad. Temía que al dejarlos ir, los perdería por siempre. O quizá se convirtieran en realidad, con toda la responsabilidad que esto conlleva en la nueva realidad.

Y entonces fue que vi una imagen que me hizo reír. La imagen era de un Maestro de la Nueva Energía. Se encontraba de pie, mostrando su maestría, con una sonrisa en su rostro; no le importaba mucho lo que pasaba en el mundo y vivía totalmente en el ahora. Estaba viviendo su sueño, no lo estaba soñando.

Y en ese momento escuché las siguientes palabras: “pequeño saltamontes, el Maestro no tiene sueños, sólo experiencias sensuales”

¡Guau! Adiós a los viejos sueños.

*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”.
Gracias a Geoffrey Hoppe por sus enseñanzas.