1 de septiembre de 2017

(Septiembre 2017)

Einstein decía que la lógica te lleva del punto A al B, pero que tu imaginación te lleva a donde sea. Algo parecido decía Walt Disney: “si se puede soñar, se puede lograr”. Y sus parques de diversiones son prueba fehaciente de ello.

Considerando esa premisa, es muy bueno imaginar que tendremos abundancia en todo sentido. Usualmente, cuando se escucha el término abundancia se piensa en lo económico; pero el gozar de salud radiante, de relaciones personales saludables, de tiempo para la contemplación (je) y/o para realizar todo aquello que nos llena, nos nutre o nos apasiona, ¡también es abundancia!. No sólo estar libre de deudas.

Ahora, en la medida que nos volvemos menos lógicos y más sensibles. Le damos más cabida a sentir más que a pensar y le hacemos caso a nuestro sexto sentido… a nuestro “Pepe Grillo” particular y empezamos a hacer las cosas como nos las dicta el corazón más que como nos las dicta el cerebro, automáticamente nuestra perspectiva cambia. El cómo reaccionamos ante algo, o como accionamos para lograr un resultado, también cambia. Y por ende, el resultado o más bien, el cómo tomemos dicho resultado, cambiará.

Hace unos días comentaba sobre el tema de ventas, que aun cuando no ganes aquel negocio por el que tanto has trabajado, eso no es malo. Que nunca pierdes. Podrás no ganar un negocio, pero ganas la experiencia, el conocimiento, la especialización.  Al prepararte para ganarlo -si hiciste bien tu tarea y si en realidad te interesa ganarlo-, te haces de tanta información o retroalimentación sobre la empresa, el proyecto o el ámbito en que el mismo se desenvuelve que aquello para lo que trabajaste, y que no se concretó en este momento, seguramente te será de utilidad en el futuro. Así que…. Ganaste, no?

Y ¿qué me dices de aquellas ocasiones en que ves lo mal que está organizado un evento, lo mal que te tratan en la fila para comprar –por ejemplo- los boletos para ir al cine, o en la caja registradora de cualquier establecimiento, cuándo vas a realizar tu pago?

De aquello que pudiéramos considerar o categorizar mejor dicho, como “malo” se aprende… y mucho!. Y si hay aprendizaje, pues hay ganancia  8)   Aprendes todo aquello que no debes hacer si no quieres perder clientes, amigos, buenas relaciones personales o familiares, la posibilidad de un nuevo puesto y mil cosas más.

La manera en que te entregan los servicios que solicitas es otra fuente de aprendizaje, de estudio y de consideración para tu accionar. Eso de no hacer lo que no te gusta que te hagan tiene una gran verdad en el fondo. En ocasiones, te pueden tratar no con la delicadeza, el tacto, la rapidez, la buena manera que esperabas (o buscabas) pero si te detienes un momento y le permites al otro que viva en “su realidad”, aquella que está creando con su mal modo y mal humor…. Pues esa energía se quedará allá… con esa persona…. Donde pertenece. No tiene por qué trastocar tu abundancia de –digamos- alegría del momento. ¿Cierto?

También es importante que consideres para tu diario vivir la abundancia de sensibilidad, de empatía, de tolerancia, de entendimiento. Si tú permaneces sereno ante una circunstancia que parece desagradable para otros y manejas esta maravillosa abundancia en cada momento de tu vida, te sorprenderán los resultados.

Te invito a que lo hagas…  Nunca se sabe si la persona que te está atendiendo acaba de pasar o se encuentra en ese momento en una situación difícil, adversa, que no sabe o no encuentra cómo manejar. Así que, si tú eres tolerante, si permaneces en calma. Si le entregas una sonrisa o al menos una cara amable, a diferencia de la cara larga que la persona te está entregando, TODO cambia. Atrévete a experimentarlo y me cuentas el resultado.

Estoy de acuerdo con otra célebre frase del maese Einstein que habla de que aquello que no experimentes, jamás lo aprenderás… porque la no experimentación es meramente información.

Cierto, la vida es accionar. Podemos leer muchos libros, consultar varios sitios en internet, asistir a varias pláticas de diversos temas, pero si no hacemos, si no experimentamos, si no logramos que “nuestra luz brille”, aquel sueño, aquello que imaginamos, jamás se cristalizará.

Te agradezco que hayas visitado este espacio y por ahora te envío un saludo Desde Aquí….

Silvia Limón