(Mayo 2018)
¿Existe un momento apropiado para comunicarte con
tus….guías? ¿….interior? ¿…ángeles?
¿Algún horario especial? ¿Un día a la semana? ¿Habrá
un mes más adecuado?
Leía recientemente que acabamos de entrar a un periodo
conocido como “Wesak”, que inició con la Luna Llena del fin de semana del 29 de
abril, y se extiende hasta el fin de semana de junio 24.
Durante este periodo –dicen los expertos- se abre una
puertecita o se aligera el velo dimensional que separa nuestra dimensión de las
demás. Por esa razón –dicen- es un bueno momento para comunicarse con los
Maestros, con los ángeles, con los seres iluminados como Buda o Yeshua. Es un
momento, insisto –dicen- en el que esos seres llegan para mostrarnos o
recordarnos nuestra naturaleza divina.
El camino más directo para escucharlos: la meditación.
¿En verdad existen momentos más oportunos o viables
para establecer este tipo de contactos?
¿La meditación es el camino?
Es probable que lo que se menciona tenga sentido y se
la preservación de una creencia que data de tiempos lejanos en territorios que
se han caracterizado por su grado de espiritualidad.
Sin embargo, hoy en día, aquí y ahora, ¿es el camino
más recomendado?
La verdad es que no hay mejor forma de comunicarse con
el interior, que conocerse a sí mismo. No hay mejor tiempo para comunicarse que
“este preciso instante”. Y no hay mejor método que el directo: la certeza de
reconocer esa fuerza divina interior que está disponible las 24 horas, los 7
días de la semana.
El pequeño detalle es que nos olvidamos de la Fuente y
del proceso. La realidad es que nuestra comunicación con el interior o con el
otro lado del velo se da en los momentos en los que el humano tiene problemas,
no tiene lo que quiere o está en crisis. Ahí es cuando pedimos o exigimos.
La comunicación con el interior tiene que ser
personal, instantánea y todo el tiempo. No cuando tenemos una apuración o
anhelamos algo.
La comunicación con el interior o con los guías –por
dar un nombre- es permanente y no se limita a la meditación a un momento de
silencio. Hoy en día, encontrarlo con la agitación de nuestras vidas, es un
reto.
De ahí que la comunicación con el Espíritu, con el
interior, con los maestros, se ha modernizado.
Puede ser a cualquier hora, de cualquier manera, en
cualquier lugar, siempre y cuando nosotros le demos la relevancia que
representa.
Si tus creencias te hacen pensar que esta idea es
irreverente o que no funciona: inténtalo. La clave está en la intención.
Es decir, ¿qué tipo de comunicación es más efectiva?
a. Vas a un templo, te arrodillas, respiras
profundamente, rezas y hablas, pides o exiges.
b. Vas a un centro de Yoga, Metafísica, sesión de
Reconexión, y los hermanos ahí presentes se toman de las manos, hacen
ejercicios de respiración profunda y se “conectan” con el otro lado del velo.
c. Estás en tu recámara, apagas la luz, enciendes unas
velas, enciendes unas varitas de incienso, pones música New Age de fondo y te
“conectas”.
d. Vas por el pasillo de tu oficina rumbo a la sala de
juntas. Le hablas a tu interior porque necesitas iluminación para aguantar la
junta de resultados trimestrales de la empresa. Y te “conectas”.
e. Vas manejando tu auto, escuchando música antes de
visitar a un cliente. Te estacionas, te anuncias en Recepción, pasas y a punto
de empezar a exponer tus ideas, te “conectas”
Respuesta correcta: todas las opciones. La diferencia,
tu intención y/o nivel de creencia
En lo particular, soy partidario de las opciones d) y
e). Porque si apago la luz, me duermo y si estoy con otras personas, prefiero
socializar.
Independientemente de tu particular estilo, hazlo. No
dejes de comunicarte con tu interior. No hay una sola forma correcta de
hacerlo. No hay un tiempo ni una estación especial.
Simplemente hazlo, diario, cada instante, de manera
natural. No pidas o exijas como si fueras un cliente enojado. Platica,
establece una conversación, y sobre todo, aprende a escuchar.
La clave está en la intención.
Con cariño y respeto.
Su amigo,
Roberto Mendoza C.
*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan
Enseñado a Creer”