5 de febrero de 2018

(Febrero 2018)


La primera vez que escuché la idea de la existencia de una Tierra paralela a la nuestra, fue por ahí de mediados de los 90’s. Un autor, más bien una autora, hacía referencia a una plática de la entidad que canalizaba en aquel entonces, sobre la existencia de un planeta en la misma órbita de nuestra Tierra, exactamente del otro lado, detrás del Sol. Por esa razón –decía la entidad- nunca lo vemos. 

Posteriormente y en voz de diferentes autores, se ha venido manejando una idea similar. Los comentarios van desde la existencia de una Tierra Física y una Tierra etérea, o una Tierra en la tercera dimensión y otra en la quinta, o ambas Tierras interponiéndose en una misma realidad.

Algunos manejan argumentos en el sentido de que esas dos Tierras se juntarán en algún momento en un futuro lejano. Otros consideran que nunca se unirán esas realidades: siempre habrá una Vieja Tierra y la Nueva Tierra se desarrollará de manera independiente.

Sí, lo sé, estimado amigo; confuso. Muy confuso.

Sin embargo, el planteamiento central tiene cierto sentido. Dos realidades, dos versiones de la existencia en una misma realidad.

¿A qué me refiero?

A la posibilidad de vivir dos realidades o experiencias de vida en nuestro hermoso planeta. Una, la misma que observamos todos los días en lo que llamamos la vida real. Lo que tiene que pasar en un día común en el trabajo, la oficina, la familia. Lo que uno ve en las noticias. Aquello a lo que uno está expuesto, porque todos los demás lo están.

Pero si estás en tu proceso de transformación, de evolución y crecimiento interno –saben que no me gusta usar la palabra espiritual- entonces existe la posibilidad de que las consecuencias de tus actos te coloquen en una mejor posición para que el resultado de tus decisiones te lleve por un camino más cómodo, menos complicado que el de las personas que siguen viviendo su vida de manera tradicional.

Y no hay que ser un “elegido” para encontrar cierta lógica a este planteamiento.

Si la energía del planeta es nueva, tú estás cambiando y actúas de manera bondadosa, con compasión y estás aprendiendo a escuchar a tu interior para actuar en correspondencia, probablemente la realidad que manifiestes sea distinta, o muy diferente a la de los demás que no saben, no pueden o no quieren cambiar.

Quizá esa sea la interpretación de esas dos diferentes Tierras.

Hay un principio en estos conceptos de la Nueva Energía que me gusta mucho. Y es: tu nivel vibracional dicta la realidad manifestada. O tu nivel de conciencia más la energía de la intención, crean la naturaleza de la realidad.

Lo que esto quiere decir es que nada puede aparecer en tu vida si no está en tu nivel vibracional. Ni para bien, ni para mal. Y por esa razón, cada quien manifiesta sus creaciones desde su propio nivel de vibración y creencias. Si vibras en determinado nivel y tus intenciones no son las apropiadas, estarás captando las energías y ámbitos de realidad de las personas, lugares, momentos, cosas de ese mismo nivel. Llámalo bondad-maldad, positivo-negativo, y claro, por ende, las consecuencias de nuestros pensamientos y acciones.

Eso –probablemente- sea lo que quieren decir con la existencia de dos tipos de realidades, o quizá más. De dos tipos de Tierras.

La pregunta entonces tendría que ser, ¿en cuál de las dos estás tú? O, ¿en cuál de las dos te gustaría vivir? ¿Eres consciente de que tus decisiones y acciones te pueden mantener en una o llevarte a la otra?

Cualquiera de las realidades en las que te encuentres, es producto de tu creación consciente o inconsciente.

¿No valdría la pena comenzar a crear de manera consciente y poner atención a lo que pensamos, decimos y hacemos?

Independientemente de si existirán dos realidades en un mismo planeta, o dos Tierras que nunca se unirán, lo que sí tenemos que tomar en cuenta es la intención con la que decidimos porque si conciencia y energía crean la naturaleza de la realidad, mejor será que nuestro nivel de conciencia e intención pura dicten el rumbo de nuestra vida. De esta manera solo tendría que llegar a nuestra realidad aquello que iguale a nuestro nivel vibracional.

Con respeto,
Roberto Mendoza C.

*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”