(Febrero 2018)
La primera vez que escuché la
idea de la existencia de una Tierra paralela a la nuestra, fue por ahí de
mediados de los 90’s. Un autor, más bien una autora, hacía referencia a una
plática de la entidad que canalizaba en aquel entonces, sobre la existencia de
un planeta en la misma órbita de nuestra Tierra, exactamente del otro lado,
detrás del Sol. Por esa razón –decía la entidad- nunca lo vemos.
Posteriormente y en voz de diferentes autores, se ha venido manejando una idea similar. Los comentarios van desde la existencia de una Tierra Física y una Tierra etérea, o una Tierra en la tercera dimensión y otra en la quinta, o ambas Tierras interponiéndose en una misma realidad.
Posteriormente y en voz de diferentes autores, se ha venido manejando una idea similar. Los comentarios van desde la existencia de una Tierra Física y una Tierra etérea, o una Tierra en la tercera dimensión y otra en la quinta, o ambas Tierras interponiéndose en una misma realidad.
Algunos manejan argumentos en el sentido de que esas dos Tierras se juntarán en algún momento en un futuro lejano. Otros consideran que nunca se unirán esas realidades: siempre habrá una Vieja Tierra y la Nueva Tierra se desarrollará de manera independiente.
Sí, lo sé, estimado amigo;
confuso. Muy confuso.
Sin embargo, el planteamiento
central tiene cierto sentido. Dos realidades, dos versiones de la existencia en
una misma realidad.
¿A qué me refiero?
A la posibilidad de vivir dos
realidades o experiencias de vida en nuestro hermoso planeta. Una, la misma que
observamos todos los días en lo que llamamos la vida real. Lo que tiene que
pasar en un día común en el trabajo, la oficina, la familia. Lo que uno ve en
las noticias. Aquello a lo que uno está expuesto, porque todos los demás lo
están.
Pero si estás en tu proceso de
transformación, de evolución y crecimiento interno –saben que no me gusta usar
la palabra espiritual- entonces existe la posibilidad de que las consecuencias
de tus actos te coloquen en una mejor posición para que el resultado de tus
decisiones te lleve por un camino más cómodo, menos complicado que el de las
personas que siguen viviendo su vida de manera tradicional.
Y no hay que ser un “elegido”
para encontrar cierta lógica a este planteamiento.
Si la energía del planeta es
nueva, tú estás cambiando y actúas de manera bondadosa, con compasión y estás
aprendiendo a escuchar a tu interior para actuar en correspondencia,
probablemente la realidad que manifiestes sea distinta, o muy diferente a la de
los demás que no saben, no pueden o no quieren cambiar.
Quizá esa sea la
interpretación de esas dos diferentes Tierras.
Hay un principio en estos
conceptos de la Nueva Energía que me gusta mucho. Y es: tu nivel vibracional
dicta la realidad manifestada. O tu nivel de conciencia más la energía de la
intención, crean la naturaleza de la realidad.
Lo que esto quiere decir es
que nada puede aparecer en tu vida si no está en tu nivel vibracional. Ni para
bien, ni para mal. Y por esa razón, cada quien manifiesta sus creaciones desde
su propio nivel de vibración y creencias. Si vibras en determinado nivel y tus
intenciones no son las apropiadas, estarás captando las energías y ámbitos de
realidad de las personas, lugares, momentos, cosas de ese mismo nivel. Llámalo
bondad-maldad, positivo-negativo, y claro, por ende, las consecuencias de
nuestros pensamientos y acciones.
Eso –probablemente- sea lo que
quieren decir con la existencia de dos tipos de realidades, o quizá más. De dos
tipos de Tierras.
La pregunta entonces tendría
que ser, ¿en cuál de las dos estás tú? O, ¿en cuál de las dos te gustaría
vivir? ¿Eres consciente de que tus decisiones y acciones te pueden mantener en
una o llevarte a la otra?
Cualquiera de las realidades
en las que te encuentres, es producto de tu creación consciente o inconsciente.
¿No valdría la pena comenzar a
crear de manera consciente y poner atención a lo que pensamos, decimos y
hacemos?
Independientemente de si
existirán dos realidades en un mismo planeta, o dos Tierras que nunca se
unirán, lo que sí tenemos que tomar en cuenta es la intención con la que
decidimos porque si conciencia y energía crean la naturaleza de la realidad,
mejor será que nuestro nivel de conciencia e intención pura dicten el rumbo de
nuestra vida. De esta manera solo tendría que llegar a nuestra realidad aquello
que iguale a nuestro nivel vibracional.
Con respeto,
Con respeto,
Roberto Mendoza C.
*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan
Enseñado a Creer”