Jennifer
Hoffman en su artículo ¿Puedes Herir a Alguien? Nos recuerda que nuestros
sentimientos son nuestra entera responsabilidad y no podemos esperar que otros sientan
esas mismas emociones, ni hacernos responsables de ellas.
He escuchado con frecuencia que la gente no pretende lastimar a nadie cuando realiza cambios en su vida. Es una gran preocupación, muy válida. Pero en realidad no puedes causarle ningún mal a nadie, sin importar lo que hagas, por dos razones: la soberanía energética que cada uno posee y por la propiedad kármica, los ciclos y la dinámica de grupos álmicos que existen entre ustedes. Este tema crea controversia hoy día y no es fácil razonarlo porque el universo no es amable, sólo es, y no hay ni bueno ni malo, todo es un intercambio de energía.
Todos aquellos con quienes interactúas son parte de tu
grupo álmico y tienen algún tipo de karma contigo. Esto es importante
recordarlo porque seguramente existe cierto karma o asunto energético sin
terminar. De alguna manera te sientes responsable de sus sentimientos y cómo es
que responderá a lo que hagas. Esta es una de las maneras en que permaneces en
ciclos kármicos y los continúas, en vez de permitir que los mismos se cierren.
Dado que todos somos energéticamente soberanos, no
importa lo que esté sucediendo entre nosotros. Los que nos rodean eligieron
estar en equis situación contigo para su propia sanación y crecimiento álmico.
Si eres el agresor o la víctima, las situaciones de vida que se presentan, desde
la perspectiva del alma, tienen un claro propósito: el sanar heridas del alma,
realineación energética, limpiar karma y remover la energía densa de tu campo
energético. Y esto aplica para todos, en cualquier situación.
Así que si alguien se cruza en tu camino y no haces lo
que quiere que hagas: como cuidarlo, amarlo y apoyarlo, existe la posibilidad
de que se sienta herido por tus decisiones. Puede aceptarlas o decidir qué es lo
que hará con la situación. Por lo que tú debes elegir si te involucras o no a
ese nivel, lo que sería una decisión que haría que continuaras con los viejos
patrones kármicos.
Otra razón por la que no puedes lastimar a nadie es
que cada uno es responsable de sus propias emociones. Nadie puede “hacer” que alguien
más sienta algo. Cada emoción es una decisión y así es como procesamos la
energía. Por ejemplo, si decides asistir a una universidad que está lejos de
casa y no te casas con tu pareja de la escuela, hay una lección kármica muy
fuerte para que vivas tu vida a tu manera, sin sacrificar tus sueños por
cumplir con las expectativas de alguien más. Tal vez la otra persona no lo
comprenda y se sienta terriblemente triste por tu decisión, pero seguramente
que han repetido este patrón en muchas otras ocasiones en el pasado. Y si, por
ejemplo, una chica queda embarazada para lograr que su pareja se case con ella,
esa es otro ciclo kármico.
El sentirse responsable por la pena de otro es como
darle un martillo a alguien y después sentirse culpable porque lo utilizó para
golpearse a sí mismo.
Recordemos el espejo kármico: lo que haces en esta
vida, lo ves desde la perspectiva opuesta en otra vida. Por lo que el abusador
se convierte en la víctima, el tirano se convierte en el sirviente y el pobre
se vuelve rico.
Debemos dejar de responsabilizarnos por las cosas que
no nos pertenecen. El regalo más grande que podemos hacerle a alguien es
reconocer su soberanía energética. Esto significa que respetamos tanto el poder
de la persona, como sus decisiones. Y que, por supuesto, no somos responsables
de sus decisiones, ni somos causa de su dolor.
*Busca.
Infórmate. Cuestiona. Comprende.*
“La Verdad Es,
Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”.
Gracias Uriel y
Jennifer Hoffman por sus enseñanzas
www.urielheals.com