Experimento celebrado el 3 de septiembre del 2014
en
el Centro Médico Israelita “Beth Deaconess”.
Un grupo
internacional de neurocirujanos e ingenieros en robótica, han demostrado la
viabilidad de los cerebros humanos se puedan comunicar. En un estudio publicado
en el documento “Plos One”, se describe la transmisión exitosa de información
entre dos personas que se encontraban separados por 8 mil kilómetros -vía internet- al colocar
sensores en el cuero cabelludo.
El científico
Alvaro Pascual-Leone –Director del Centro Berenson-Allen para la estimulación
no invasiva del cerebro, del centro médico Beth de Israel- explicó que
“queríamos saber si podría existir comunicación directa entre dos personas,
leyendo la actividad cerebral de una e inyectando actividad cerebral en la
otra, estando separados por una gran distancia”.
El también
profesor de neurocirugía de la escuela de medicina de Harvard, comentó: “Lo
hicimos a través del internet, por lo que nuestra pregunta fue si podríamos
desarrollar una experimento que evitara la comunicación oral o escrita, para
establecer una entre dos cerebros; uno en Francia y el otro en la India”. “La
respuesta fue un Sí”.
Pascual, junto
con Giulio RUffini y Carles Grau, encabezaron un equipo de investigadores de
España y Francia, lograron transmitir las palabras “hola” “adiós” por medio de
una transmisión vía computadora, utilizando un electroencefalograma adaptado al
internet, junto con estimulador magnético transcraneal con la ayuda de un
asistente robótico de imágenes.
Estudios
previos basados en los electroencefalogramas y la interacción con la
computadora, habían logrado la comunicación entre el cerebro humano y la
computadora. En estos estudios, los electrodos que se colocaban en el cuero
cabelludo de una persona, capturaban los estímulos eléctricos del cerebro
mientras la persona realizaba un pensamiento o una acción, como el movimiento
consciente de un brazo o una pierna. La computadora interpretaba la señal y la
traducía hacia un dispositivo externo como un robot o una silla de ruedas.
Pero en este
nuevo estudio, el equipo de investigación agregó otro cerebro. De hecho fueron
cuatro los participantes. Uno fue quien envió las palabras por medio de la
interface de la computadora, los otros tres tenían que interpretarlo.
Usando el
electroencefalograma, los investigadores primero tradujeron las palabras “hola
y adiós”, por medio de un código binario
y mandaron un correo electrónico desde la India, hacia Francia, con la
respuesta.
En ese lugar, otra
computadora transmitió el mensaje al cerebro de la persona, quienes sintieron
como “flashes de luz” en su vista periférica, también conocidos como fosfenos.
La luz aparecía en secuencias numéricas que le permitieron al receptor
decodificar la información y recibir las palabras.
Se realizó un
segundo experimento entre personas que estaban en Francia y España. Los
resultados presentaron errores.
Estos experimentos
–comentan los científicos participantes- es un paso importante en la
comunicación entre personas por medio del cerebro. Los investigadores terminan
señalando la posibilidad de evitar la comunicación oral y escrita –o en su caso
sólo complementarla- a través de la transmisión directa de información cerebro
a cerebro.