No guardes rencores, te lastiman. No te sientas víctima, obstruye tu grandeza. No quieras cambiar a los demás, cambia tú y tu perspectiva.
En “Creating a World without Borders” (Creando un Mundo sin Fronteras), el Consejo de los 12 – a través de Selacia- nos invita a que perdonemos las heridas del pasado para poder sanar y vivir un presente lleno de oportunidades.
No hay mejor momento que el Presente, para podernos olvidar del pasado y perdonar. Este es un momento fundamental para limpiar rencillas, rencores del pasado y sentimientos de víctima. Tanto personas y países, deben olvidar y perdonar.
Las fronteras que se han erigido sólo existen en tu mente. Deben desaparecer antes de que llegue una nueva Tierra llena de Luz se materialice.
Si vivieras dentro de 100 años y te dieras cuenta de la encrucijada en donde se encuentra la humanidad hoy en día, entenderías la importancia de estos momentos y su consecuencia para las futuras generaciones. Serías capas de ver las alternativas posibles y las decisiones que deben tomarse. Te quedaría claro el sorprendente potencial de la humanidad para transformar su existencia para vivir en base al amor. Verías las opciones posibles con sus respectivas consecuencias.
Tu sabiduría interna –totalmente conectada con tu ser espiritual- ya conoce este panorama. Esa parte sabia de tí no necesita esperar 100 años para tener la visión completa de las cosas. Ya lo sabe y te hace señas frecuentemente para que la tomes en cuenta y sanes tus heridas para que puedas vivir en plenitud.
En general, has notado una apuración por sanar las heridas del pasado. Podría ser doloroso contemplarlas. Si eres como los demás, habrás aprendido mecanismos para enfrentar el dolor: enojo, culpa, negación, venganza o represión. Por supuesto que ninguna de ellas te podrá sanar, pero así está condicionado. No te culpes por haber aprendido esas conductas, pero decídete a no perder más tiempo manifestándolas.
Algunas recomendaciones para perdonar:
1.- La clave para ser libre es perdonarte a ti mismo y a los demás.
Cuando tienes rencores, estás esclavizado. Te estás saboteando. Perdónate por no haber tenido alguna otra alternativa en el momento y por estar en el periodo de aprendizaje. Sé amoroso y gentil contigo y con los demás. Ese es el remedio.
2.- El perdón es una decisión.
Tú decides perdonar. No esperes a que los demás te perdonen primero. Se tú quien elije el camino más elevado del espíritu: el camino del perdón, olvidar y ver la bondad en los demás. Entre más tardes en tomarlo, más sufrirás.
3.- Para perdonar debes desechar la idea de que eres una víctima.
Tú eres un agente divino del cambio, y estás codificado para hacerte responsable de tu vida y ser un creador consciente del mundo en el que vives. Cuando te sientes víctima, tu ego te está controlando y quiere convencerte de que no tienes poder alguno. Tu tarea es comenzar a darte cuenta de cómo suena la voz de tu ego para no dejarla que te controle cuando enfrentas las situaciones de la vida.
4.- Decídete para evitar que las relaciones familiares enfermizas obstruyan tu progreso espiritual.
Sabemos que en teoría resulta fácil, porque en la realidad las heridas de familia se mantienen y siguen abiertas. ¿Qué las mantiene vivas? Cada ves que vuelves a pensar en ellas, les das vida. Y mientras no sanes esos patrones disfuncionales de familia, seguirán presentándose. Sin el perdón y el olvido, seguirás cargando con los asuntos de la familia. Y eso tendrá consecuencias en ti, en otros individuos y en tus potenciales.
Se necesita de persistencia y valor para sanar tu pasado. Pero ¡claro que puedes lograrlo! Decídete y revisa la manera en la que te refieres a tu familia, enfócate en el presente y mantente abierto para permitir cualquier asunto del que debas liberarte para que puedas sanar.
5.- Perdonar significa pensar en ti.
No puedes sanar las heridas del pasado si estás obsesionado con las personas que te lastimaron y las situaciones dolorosas que produjeron. El perdón nada tiene que ver con cambiar a los demás o cambiar lo que sucedió en el pasado. Deja que el pasado se quede ahí. Asume responsabilidad por tus posturas y deja de sentirte una víctima, porque no lo eres. Tú eres divino. Eres un ser espiritual poderoso que ha tenido una serie de vivencias humanas que te han servido para evolucionar. Estás recordando cómo amar y convertirte en el amor que representas.
Conforme avanzas en el camino del descubrimiento de tu naturaleza divina, te rodeamos con nuestro amor y bendiciones.
Nosotros somos el Consejo de los 12.
*Busca. Infórmate. Cuestiona. Comprende.*
“La Verdad Es, Independientemente de lo que te Hayan Enseñado a Creer”.
Gracias al Consejo de los 12 y Selacia, por sus enseñanzas.
www.Selacia.com
