Entre las
tribus indígenas del noroccidente mexicano, están los grupos pima, pápago,
yaqui, mayo, guarijío y tarahumara de raíz yutoazteca, yumana, yavapai, los
huvasupai, los diegueños, los yumas y mohaves, estos últimos, habitantes de
California y Arizona. Dichos grupos comparten personajes míticos yutoaztecas,
como el coyote o los gemelos divinos, quienes fungen como creadores del
universo.
Las distintas concepciones del origen del universo actúan sobre el conjunto de prácticas rituales y religiosas de cada grupo. A menudo se observan transformaciones que parten de una misma matriz mítica como la pareja divina que permite la creación del mundo.
Dicha
representación presente en el grupo k´miai sufre una serie de metamorfosis por
la que transitan personajes como el coyote, la serpiente, el conejo, el buitre
moreno y el hermano mayor. Dentro de estos personajes simbólicos sagrados de la
región se encuentran el venado y el coyote, la lagartija lo mismo que la flor,
que si bien en conjunto no son concebidos como deidades, sí representan figuras
centrales de las creencias de los grupos yutoaztecas. Dichos símbolos se
expandieron desde las culturas del desierto de los actuales estados de Baja
California, Sonora, Arizona y Nuevo México, hacia el altiplano mesoamericano en
donde por otro lado, encarnan personajes como Huehuecóyotl o Coyote Viejo.
El arquetipo
del coyote se encuentra ampliamente difundido entre muchos pueblos de norte de
México y en Estados Unidos. Este personaje representa la astucia, la trampa y
la burla. Sin embargo Coyote es una deidad fundamental que contribuye
directamente a la creación del universo tanto entre los yumanos como con los
pápagos y pimas.
Estos
personajes divinos poseen la capacidad de mostrarse bajo diversas
representaciones. El venado no aparece sólo como animal, sino como poseedor de
simbolismos bien arraigados entre las culturas del septentrión mesoamericano,
adjudicándole símbolos como la “pureza”, la armonía y el orden con la
naturaleza.
Estas
representaciones se muestran en mitos de huicholes, y en los cantos de los
yaquis, mayos y pápagos.
Este animal,
además de ser representado como creador entre los varios mitos yumanos, se
presenta en diversos rituales indígenas como modelo cultural, tal es el caso de
la fiesta del venado bura entre los pápagos, y especialmente entre yaquis y
mayos.
En el caso de
los huicholes se le encuentra como metáfora del peyote, o como flor, o asociado
también íntimamente con el maíz.
Los ancestros
de los grupos étnicos norteños tuvieron diferentes procesos de asimilación al
catolicismo, debido a la cultura nómada de caza y recolección, y por
consiguiente a sus especificaciones religiosas, a las que debieron articularse
los primeros misioneros enviados al norte de la Nueva España.
El dios de los
indígenas se caracterizaba por ser un ente creador del universo y de todas las
cosas que existen en el mundo como cerros, valles, plantas, animales, estrellas
etc. Sin embargo este dios aparecía en diversas facetas de la creación bajo
distintas formas.
En algunas
ocasiones personificaba a la pareja de gemelos divinos; aparecía también como
creador individual o como espíritu de la tierra entre lo yumanos y pimas;
aunque igualmente se le veía como conejo o serpiente entre estos últimos,
incluso, a veces, aparecía como el hermano mayor que en complicidad con el
coyote, dan origen al mundo y al universo.
Y no hay que olvidar que desde tiempos prehispánicos el concepto de Dios entre algunos grupos indígeneas era asimilado al astro solar, denominándolo a menudo con la misma palabra o con un concepto similar.
Ideas tomadas del libro de Miguel Olmos Aguilera
"Las creencias indígenas y neo-indígeneas en la frontera MEX/USA"